La exposición a los perfumes y a los productos de limpieza pueden irritar el eccema. A su vez, para algunas personas, los cambios del clima (en especial el aire seco del invierno) pueden empeorar el eccema.

La piel de los pacientes con eczema es muy seca y sensible, y puede empeorar con la exposición a una gran variedad de cosas, incluidos alérgenos como la caspa de las mascotas o los ácaros del polvo. Otros desencadenantes comunes son los jabones, los detergentes y las lociones con fragancias fuertes.

Los síntomas del eczema incluyen: sarpullido rojo o manchas en la piel rojas, en especial dentro de los pliegues de los codos y las rodillas, picazón, piel seca, que puede resquebrajarse y posiblemente sangrar.
La ubicación del eczema puede variar con la edad. En bebés y niños pequeños, el eczema suele ubicarse en las mejillas, en la parte externa de los codos y en las rodillas. En los niños más grandes y en los adultos, el eccema se encuentra habitualmente en las manos y los pies, los brazos y la parte trasera de las rodillas.

Entre el 33 % y el 63 % de los niños pequeños con eczema de moderado a grave también tienen alergias a alimentos. Si un niño continúa teniendo eczemas incluso después del tratamiento, se recomienda que los niños menores de 5 años sean evaluados para ver si son alérgicos a la leche, los huevos, los cacahuates, el trigo y la soja.

Esta es una condición crónica, y los síntomas pueden aparecer y desaparecer. Al ser crónica, es una condición que no tiene cura, sin embargo, los signos se pueden tratar. Consulta con un especialista en dermatología sobre las opciones de pomadas o cremas tópicas que se pueden aplicar en la piel. También puede ayudar a manejar su eczema con una humectación regular después de baños y duchas, evitando cosas que puedan desencadenar un brote (como el polen o la caspa de los animales) y utilizando jabones sin perfume y ropa suelta y suave de telas como el algodón.