Las metas que se esperan alcanzar con un tratamiento son las de controlar los síntomas, induciendo al paciente a una remisión clínica, buscando que pueda llevar una calidad de vida normal con apoyo social y psicológico, que les permita tener productividad y que puedan llevar una nutrición adecuada.

¿Cómo elegir el tratamiento correcto?

Para elegir el tratamiento adecuado, el médico debe tomar en consideración la severidad de la enfermedad pudiendo ser está catalogada como leve, moderada o severa.

Además, se debe tener en cuenta la distribución y debe evaluar cuántas áreas o segmentos del intestino están afectados por la inflamación, así como las respuestas anteriores a diversos medicamentos.

El tratamiento debe ser individualizado y se va a recomendar de acuerdo con:

• La severidad que presente la condición
• Las complicaciones asociadas a esta
• El pronóstico clínico de cada paciente

Es importante destacar que la finalidad es asegurar que el paciente tenga una tolerancia al tratamiento y que logre aliviar los síntomas.

¿Cuál es el mejor medicamento?

Como se mencionó anteriormente, esto depende de muchos factores propios de cada paciente, sin embargo, entre las alternativas de tratamiento se destacan:

• Aminosalicilatos
• Corticoesteroides
• Inmunomoduladores
• Agentes biológicos
• Antibióticos

Sin importar cual se elija, todas estas medicinas están enfocadas en disminuir la inflamación intestinal.

Parte del tratamiento también va a incluir terapias adyuvantes, para ayudar a controlar los síntomas que ocasionan la inflamación, entre ellos:

• Antidiarreicos
• Anti-espasmódicos
• Modificaciones en la dieta
• Analgésicos (piedras en los riñones, artritis)
• Medicamentos para el manejo de ansiedad o depresión (muy comunes en las EII)

El especialista explicó que, en la enfermedad leve, generalmente se van a utilizar antiinflamatorios tópicos, una medicina que reduce la inflamación en la superficie del intestino, entre los que se encuentran los Aminosalicilatos y un esteroide conocido como Budesónida, mientras que en enfermedad moderada o severa las terapias son más potentes y se acude a esteroides sistémicos, inmunomoduladores, agentes biológicos, y otras categorías nuevas como los inhibidores de JAK y los moduladores del receptor S-1-P.

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