El estudio, elaborado por la empresa suiza de tecnología IQAir, analizó datos de más de 134 países, territorios y regiones, revelando la preocupante situación de la contaminación del aire a nivel global.

El informe señala que solo el 9% de las más de 7,800 ciudades examinadas lograron mantenerse dentro de los niveles estándar establecidos por la OMS, que especifica que los niveles de partículas finas (PM2,5) no deben exceder los 5 microgramos por metro cúbico.

En este contexto, la destacada posición de Puerto Rico es notable, considerando que la contaminación del aire es una de las principales preocupaciones para los ambientalistas. Según el estudio, solo diez jurisdicciones en todo el mundo, incluyendo a Puerto Rico, lograron mantener una calidad del aire considerada «saludable» por la OMS.

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Frank Hammes, director ejecutivo global de IQAir, subraya la importancia de este logro al señalar que la contaminación del aire tiene un impacto significativo en la calidad de vida y la salud de las personas. En muchos lugares del mundo, la contaminación del aire está vinculada a enfermedades cardíacas y respiratorias, lo que resulta en millones de muertes prematuras cada año.

Sin embargo, a pesar de este logro, la situación global sigue siendo alarmante. El informe revela que la mayoría de las ciudades con los peores niveles de contaminación del aire se encuentran en Asia, con India liderando la lista. Esto resalta la necesidad urgente de medidas a nivel global para abordar este problema, que no solo afecta la salud humana, sino también el medio ambiente en su conjunto.

El estudio concluye que, sin cambios significativos en la infraestructura energética y las prácticas agrícolas, es poco probable que se produzca una mejora sustancial en la calidad del aire en muchas partes del mundo. Por lo tanto, es crucial que los gobiernos y las organizaciones internacionales intensifiquen sus esfuerzos para abordar este desafío global y proteger la salud y el bienestar de las generaciones futuras.

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En el caso de los puertorriqueños, que no suelen notar con tanta frecuencia cambios en las estaciones, el riesgo a influenza y ese tipo de condiciones respiratorias podría ser mayor. ¿En qué épocas se presentan con más frecuencia estas anomalías? Esto dijo la Dra. Ramos.

“Especialmente cuando llega el invierno o la temporada más fría para nosotros aumentan las infecciones respiratorias como influenza y todos esos virus que cuando hay una disminución de la temperatura, te pones más frío y tenemos una reactivación de esos virus causando enfermedades respiratorias”, aseguró la galena, quien dio a conocer que en primavera y veranos, los pacientes también podrían tener su salud “en jaque”.

“En primavera tenemos el polen de los árboles, que puede causar alergias nasales y asma a los pacientes alérgicos. En verano tenemos el polen de la grama que prevalece, aunque también puede empeorar sus síntomas de alergias nasales, respiratorias y alergias de la piel”, explicó la especialista.

Si te estás preguntando por qué durante el otoño no hay riesgo de alergias, es porque en Puerto Rico esta estación no es común. “No tenemos un cambio significativo en otoño en la selva tropical”, aseguró la galena.

Así mismo, dio a conocer que otra de las épocas donde suele ser común que aumenten las enfermedades respiratorias es en el regreso a clase, por eso exhortó a los padres y madres para que tomen las medidas preventivas para cuidar de los más pequeños de la casa.

“Para agosto empiezan las clases, así que siempre están esas enfermedades comunes de virus respiratorios que son mucho más prevalentes para niños en edad escolar”, alertó la médica.

Los que tienen más riesgo

Quizá de las dudas más comunes es identificar qué poblaciones tendrían un peor pronóstico si se contagian de alguno de estos virus. De acuerdo con la Dra. Ramos, dentro de los más afectados estarían quienes “padecen de enfermedades respiratorias crónicas y enfisema”, aseguró, y dio otros detalles al respecto.

“Los pacientes cardiovasculares y pacientes que tienen la diabetes descontrolada sabemos que eso afecta el sistema inmunológico. Igual que el paciente que está tomando medicamentos, pueden bajar el sistema inmunológico y van a tener mayor riesgo de tener complicaciones por estas infecciones o esas exposiciones o cambios ambientales”, agregó la doctora.

Así mismo, la Dra. Ramos aseguró que sí es cierto que cuando un paciente que vive en un clima trópico como Puerto Rico y arriba a un lugar frío del mundo, como Bogotá, podría enfrentar dificultades en su salud, principalmente relacionados con alergias.

“Definitivamente ir a un área más fría aumenta la exposición a ciertos virus o bacterias que no predominan en nuestra región y se pueden enfermar más frecuentemente”, dijo, y advirtió que podrían haber más exposiciones a ácaros y a otros alérgenos que podrían ser nocivos para la salud.

Finalmente, le dejó una serie de recomendaciones a los pacientes que suelen tener más riesgo de estas condiciones para que gocen de buena salud y ese tipo de condiciones no les jueguen malas pasadas. 

“Deben acudir a su centro de salud y verificar que estén con buena oxigenación, que su función pulmonar es adecuada y obviamente aislarse de otras personas. Pueden tomar suplementos que ayuden a fortalecer el sistema inmunológico y definitivamente acudir a su médico a ver si hay algún tratamiento adicional que se pueda ofrecer. Por ejemplo, los medicamentos antivirales y los monoclonales para esa población para disminuir el riesgo de muerte y de hospitalización, igual que para la influenza”, destacó la Dra. María Ramos.

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Por ello, los meses de tu país en los que hay invierno puede que experimentes con más frecuencia resequedad en la piel y más piquiña. Los expertos en dermatología aseguran que, en contraste, cuando el paciente se expone a climas más húmedos y cálidos puede que no se exacerbe la dermatitis.

Esto se debe a que las bajas temperaturas reducen la grasa protectora que se produce en la piel, por lo que su producción es más pobre y, por ende, hay mayor riesgo a que se desarrollen los factores ya mencionados.

Una vez esto sucede, la piel empieza deshidratarse y, como padeces dermatitis, los síntomas son más severos en comparación con las personas que no la tienen. Por ello hay más riesgo de que los eccemas aumenten considerablemente durante los días de frío.

La principal recomendación para estas temporadas es que, bajo ningún motivo, olvides aplicarte la crema o gel hidratante que te prescribió tu médico tratante. Además, intenta estar bien abrigado; eso sí, hazlo con ropa que no cause un efecto contrario y también logre irritarte.

La primavera, el otoño y el verano

Como ya lo mencionamos, los climas frescos y cálidos benefician a tu piel, por lo que por estas temporadas sí es recomendable salir a dar paseos por el parque o la playa conservando la debida protección contra los rayos solares.

Sin embargo, debes tener en cuenta que el polen, el pasto y algunos alergenos del medio ambiente también podrían causar afectaciones a tu dermis y cutis, por lo que sí tienes historial de ser alérgico lo mejor es que te abstengas de visitar esos espacios.

En esa línea, evita usar esqueletos, short o pantalonetas y, por el contrario, utiliza pantalones y camisas, sacos o buzos de manga larga que protejan tu piel del estrés ambiental que podría poner ‘en jaque’ la salud de tu piel.

Otro consejo que puedes seguir para que las partículas del medio ambiente no logren afectarte es que no dejes secando la ropa al aire libre para que no se le peguen partículas que puedan empeorar tu dermatitis.

Además, si está haciendo un día caluroso, no olvides ponerte gafas de sol, gorra o sombrero y aplicarte bloqueador solar. Eso sí, revisa que sea uno que no altere tu piel. Así mismo, cuídate del sudor, en algunos pacientes esta sustancia suele causarles una sintomatología adversa.

Si tu médico tratante te ha prescrito fármacos o algún otro tratamiento, para cualquier estación del año, es indispensable que no lo abandones y, por el contrario, lo consumas con juicio.

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