HDL = La lipoproteína de alta densidad se conoce como colesterol “bueno”.

LDL = La lipoproteína de baja densidad se conoce como colesterol “malo”.

El HDL evita que el LDL se adhiera a las paredes arteriales y reduce la formación de placas de ateroma, reduciendo el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

¡Actúe por su salud!

• Asista a sus citas de control. Un profesional de la salud puede medir el nivel de colesterol en sangre para determinar el estado de su salud cardíaca general.
• Realice un seguimiento de sus niveles de colesterol en el tiempo y tome medidas para reducir el colesterol alto. 
• Coma de forma inteligente. Siga una dieta saludable de verduras, frutas, cereales integrales, frijoles, legumbres, frutos secos, proteínas vegetales, proteínas animales magras, como pescado y mariscos. Limite las bebidas y los alimentos azucarados, las carnes rojas o procesadas, los alimentos salados y los carbohidratos.  
• Muévase más. La actividad física ayuda a mejorar los niveles de colesterol.
• Conozca los tipos de grasa. Sustituya las grasas saturadas por grasas no saturadas.
• Tome sus medicamentos de acuerdo a las indicaciones. Su profesional de la salud puede prescribir estatinas y otros medicamentos para ayudar a controlar sus niveles de colesterol.

Entre las afecciones médicas que pueden causar niveles nocivos de colesterol, se incluyen:

• Enfermedad renal crónica
• Diabetes
• VIH o SIDA
• Hipotiroidismo
• Lupus

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En esa línea, varios expertos coinciden en que una dieta rica en frutas y verduras será una de tus mejores aliadas para evitar los altos niveles de colesterol malo. ¿Has oído de la dieta mediterránea? Es una de las mejores opciones para implementar si recibiste alertas de que puede experimentar ese tipo de anomalías.

Dentro de su alimentación diaria intenta incluir, al menos, de 3 a 5 porciones de frutas y hortalizas en vez de alimentos ultraprocesados y ricos en grasas trans. Ten en cuenta que estos son los principales desencadenantes del colesterol malo.

Así mismo, si eres amante de las proteínas, pero tu médico ya te dijo que eres propenso a desarrollar altos niveles de colesterol, lo mejor es que reemplaces las carnes rojas por pescado azul como  atún, sardina, boquerón o salmón. Intenta que, al menos, estos lo consumas 3 veces por semana.

Otros alimentos fáciles de conseguir y que rinden óptimos beneficios para tu salud son los frutos secos como las nueces y las almendras. Estos, para que reemplaces los dulces, bombones y golosinas que también podrían repercutir en tu salud cardiovascular.

Cambia el aceite normal por el vegetal, de soya o natural. Ten en cuenta que la mantequilla, la manteca y algunos aceites también son desencadenantes de altos niveles de LDL.

De hecho, si te abstienes de consumir todos los productos antes descritos, no solo evitarás que el colesterol malo se incremente en tu sangre, sino que propenderás para que el colesterol bueno sí esté en tu torrente sanguíneo. 

Dentro de algunas de las recomendaciones que ha entregado en los últimos años la ciencia médica es que el consumo de aguacate incide considerablemente en la disminución de los niveles de LDL.

¿Has oído hablar de los alimentos ricos en antocianinas? Pues si no, es el momento para hacerlo. Nutricionistas y cardiólogos han coincidido en que los productos que tienen estos pigmentos tienen la capacidad de reducir los niveles de colesterol LDL entre el 16 y el 25 por ciento. Estas cifras se dan, según estudios, en pacientes que padecen hipercolesterolemia.

Los prohibidos

Así como hay alimentos que deben sí o sí ser tenidos en cuenta en tu alimentación diaria, hay otros que, bajo ninguna circunstancia, debes ingerir. A continuación, te contamos cuáles.

• Las carnes magras
• Lácteos enteros
• Mantequilla
• Carnes grasas
• Yemas de huevo
• Panes, pasteles, etc.

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