De acuerdo a lo anterior, cuando se está durante un tiempo muy prolongado en el inodoro, aumenta la presión en las venas del recto debido a la acción que tiene que ver con la gravedad y la posición en la que se encuentra el cuerpo, esto puede derivar en el desarrollo de hemorroides. Los especialistas mencionan que esta práctica debilita los músculos del suelo pélvico que son esenciales para la evacuación intestinal saludable.

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¿A qué se debe?

Estar mucho tiempo en el baño sentado en el inodoro puede desencadenar varias circunstancias, una de ellas es el estreñimiento, una causa común de durar mucho tiempo en el baño, este se da por la falta de fibra alimentaria, líquido y ejercicio, lo que genera este problema, además se puede derivar de otras enfermedades o determinados medicamentos que lo causan. En segundo lugar, las personas pasan mucho tiempo en el baño producto de llevar su celular consigo al momento de hacer sus necesidades, esto prolonga el tiempo que duran sentados en el inodoro, así como las revistas o libros.

El estreñimiento que empeora o la necesidad de permanecer sentado en el inodoro durante mucho tiempo también pueden ser signos de cáncer.

Por otra parte, no se debe forzar al cuerpo por más de 10 minutos, ya que podría ser grave para nuestro organismo, para ello se recomienda caminar un poco ya que el movimiento puede estimular los músculos intestinales de manera natural.

Recomendaciones

Los médicos recomiendan llevar un dieta equilibrada, en la que se incluyan alimentos ricos en fibra, como lo es: la avena, frijoles y frutas, esta dieta va acompañada a una adecuada hidratación que ayuda a ablandar las heces y facilita su expulsión sin la necesidad de esfuerzos. Como lo mencionamos anteriormente, evitar el uso de distracciones en el baño como es el uso de los teléfonos de lectura, esto para que el tiempo que pasamos en el inodoro sea el mínimo posible y no se convierta en un hábito perjudicial para la salud.

Sin embargo, las recomendaciones varían dependiendo de los especialistas, ya que unos afirman que el tiempo máximo es de diez minutos, y otros añaden que el máximo es de cinco minutos. No olvides consultar a un especialista para revisar cuál es el caso por el que estás pasando y así buscar una solución temprana al problema.

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Hacía mucho tiempo que no me tomaba una siestita en una hamaca, arrullada por el sonido de los pájaros y el viento que soplaba, aún a pesar del calor. Y, de repente, sintiendo ese viento mientras me saboreaba el verdor de las montañas, vino a mi mente el Huracán María, y pensé en cómo se deben haber sentido esos vientos allí. Me imaginé cómo habría quedado toda esa vegetación desnuda, los deslizamientos de tierra que posiblemente ocurrieron, y el enorme trabajo que debió haber dado restaurar toda la destrucción que siguió al impacto de ese huracán hace seis años. Y pensé en cómo la vida nos puede cambiar en cuestión de horas…a veces en cuestión de minutos.  

La última vez que había estado en Hacienda el Jibarito fue en junio pasado junto a mi prima, Marian Pabón. Nos quedamos allí luego de hacer juntas una función de teatro en el teatro de San Sebastián. Qué íbamos a pensar que dos meses más tarde ella descubriría un nódulo en uno de sus senos, y que exámenes posteriores iban a resultar positivos a cáncer. La vida le cambió en minutos. Y no solo le cambió a ella, sino a toda la familia y seres queridos. Porque el diagnóstico de cáncer de un ser querido se vive en colectivo.  Como muchos saben, porque Marian ha tenido la valentía de hacer público su proceso, ya ha comenzado su tratamiento y está, no solo sumamente optimista, sino sobrecogida por las tantas muestras de afecto de tantas personas.  

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Hace poco más de un mes también estuve ofreciendo una charla para una organización de estudios metafísicos con la cual me inicié en esos caminos hace casi treinta años. Ese día me reencontré con varias personas que no había visto hacía mucho tiempo. Entre ellas estaban Luis y su esposa, Lalita, uno de esos seres de luz que siempre ha irradiado alegría y paz. Hace unos días recibí la triste noticia de que Lalita falleció repentinamente a raíz de un aneurisma que la mantuvo en coma varios días. Y hace un mes estaba feliz y llena de vida. La vida puede cambiar en cuestión de minutos.  

¿Cuánto tiempo llevas posponiendo ese viaje que quieres dar o ese curso que quisieras tomar, o esos cambios que quieres hacer, ya sean personales o profesionales? Cuántas veces nos escuchamos decir “Un día de estos lo hago”.  Y seguimos posponiendo. Y más importante aún, cuánto tiempo llevas cargando con esa conversación que necesitas tener para sanar o terminar una relación pensando que algún día la tendrás. El Buda decía que uno de los errores más grandes que cometemos los seres humanos es pensar que tenemos tiempo.  ¿Y quién te puede asegurar ese tiempo?

Te invito hoy a que vivas tus sueños; sueltes tus cargas; te dediques tiempo de calidad, y limpies tus espacios internos y externos. No importa cuál sea el cambio: un diagnóstico médico, la pérdida de un ser querido, o, en última instancia, la muerte, ojalá podamos aceptarlo reconociendo que nuestras vidas han valido la pena. Ese es mi deseo para mi familia y la tuya.

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