Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infección por VIH ataca el sistema inmunitario y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), siendo esta la fase más avanzada de la enfermedad. El VIH ataca a los glóbulos blancos, debilitando el sistema inmunitario, haciendo que sea más fácil contraer enfermedades como la tuberculosis u otras infecciones y algunos tipos de cáncer.
En entrevista para BeHealth, el Dr. Jorge L. Santana-Bagur, director e investigador principal de la Unidad de Ensayos Clínicos Avanzados (ACTU), comentó sobre los nuevos tratamientos, ensayos clínicos y prevalencia de la enfermedad en Puerto Rico.
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“Hemos avanzado, recuerdo que hace unos años las personas no se podían dar un beso o un abrazo con un paciente con VIH. Hoy en día aún existen algunas personas que tienen estos mitos o miedos. El ser humano tarda mucho tiempo en adaptarse a los cambios”, comentó Santana.
Estadística en Puerto Rico
El experto menciona que en gran parte del mundo los casos han ido bajando progresivamente, “en los años 90 se estaban documentando cerca de 3.000 a 3.500 casos al año. En el 2024, las cifras entregadas por el departamento de salud fueron de 350 casos al año”.
“La tasa de fatalidad pasó de estar en los años 90 de un 94 % del total de todos los pacientes registrados, a estar en la actualidad de solo el 4 %”, agregó.
Además, un factor importante en la tasa de mortalidad influye en que muchas personas no se realizan la prueba y solo se dan cuenta cuando son diagnosticados con SIDA, la etapa más avanzada del VIH, siendo una complicación por un sin número de condiciones que afectan al propio sistema inmune, según lo comentado por el Dr. Jorge Santana.
“El departamento de salud de Puerto Rico indica que el 70 % de los casos se presentan en hombres que tiene sexo con otros hombres sin protección y las personas que utilizan drogas inyectables. La incidencia en personas heterosexuales bajó al 16 %”, agregó.
Es importante que las personas que reciben este diagnóstico, asuman la responsabilidad con otras personas y tengan un cuidado responsable con la población.
“La detección temprana es fundamental para aplicar los tratamientos que son robustos y efectivos, donde el sistema inmune no se vaya a deprimir y así poder tener una vida con plenitud”, añadió.
Ensayos clínicos
El experto puntualizó que, “esta es una enfermedad que no tiene cura hasta el momento, no existe una vacuna y no la vamos a tener desafortunadamente por los próximos 7 años, puesto que, en los estudios que se tenían todas las expectativas reales de posibles cambios, hace 2 años aproximadamente no funcionaron”.
“Hasta el momento se han realizado varios estudios significativos con infusiones de anticuerpos monoclonales junto con medicamentos de duración prolongada que se pueden tomar cada 2 y 6 meses para ver si se suprime el virus y se quita el medicamento antiviral, así el paciente se puede quedar cada 3 o 4 meses con una inyección semanal”, concluyó.
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