Aunque suene increíble, un nuevo grupo de científicos ha abierto las puertas a la posibilidad de extender la fertilidad femenina retrasando o eliminando directamente la menopausia.
La propuesta se hace con el fin de ofrecer beneficios potenciales para la salud y mejorar la calidad de vida de muchas mujeres; sin embargo, muchos se preguntan si vale la pena alterar este ciclo natural de la vida.
Aunque durante generaciones la menopausia ha sido vista como una etapa inevitable de la vida de las mujeres, desde la ciencia se buscan nuevas terapias experimentales que abordan técnicas quirúrgicas y farmacológicas intentando hallar formas para extender la vida fértil.
¿Qué implicaciones traería este impacto sobre la salud y la biología?
Hasta ahora la menopausia ha sido vista como un momento de transformación profunda en el cuerpo de la mujer. Seguido generalmente se presenta entre los 45 y 55 años y se caracteriza por presentar síntomas como sofocos, insomnio, su duración nocturna, cambios en el ritmo cardíaco y en algunos casos alteraciones vaginales que afectan la vida sexual y urinaria.
“De la noche a la mañana aumenta el riesgo de osteoporosis y de enfermedades cardiovasculares”, afirma Jennifer Garrison, neurocientífica del Buck Institute for Research on Aging de California (Estados Unidos). Y este cambio sísmico suele producirse entre los 45 y los 55 años (la edad media de inicio es 51), coincidiendo con los años de mayor actividad laboral de la mujer.»
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Perimenopausia
Esta es una etapa de transición que se presenta antes de la menopausia, en donde los ovarios disminuyen progresivamente la producción de estrógeno y progesterona. Para algunos especialistas, los ovarios envejecen de forma rápida a partir de los 30 años, impactando directamente la fertilidad y la salud general de la mujer.
¿Es posible retrasarla?
En la actualidad existen avances que pueden hacer real esta posibilidad, entre ellos:
Crio preservación de tejido ovárico: un método especialmente utilizado para beneficiar a pacientes con cáncer que consiste en extraer, congelar y reimplantar fragmentos de ovario en distintos momentos, lo que prolonga la función reproductiva.
Por otra parte, un nuevo estudio que se encuentra en fases tempranas explora alternativas no quirúrgicas y probó la rapamicina, un compuesto con propiedades antienvejecimiento que inhibe la proteína mTOR. Relacionada con el deterioro celular y que evidenció resultados alentadores tras la práctica en animales.
Beneficios más allá de la fertilidad
Para los expertos, extender la fertilidad también tiene implicaciones en la salud general. Por ejemplo, una menopausia tardía se asocia con menor pérdida ósea, menor riesgo cardiovascular y menor incidencia de demencia.
“Los ovarios son los artífices del envejecimiento saludable en la mujer”, afirma Garrison. Así que no tiene sentido hablar de la salud y la longevidad de la mujer sin tener en cuenta la longevidad reproductiva.
¿Qué tan acertados son estos avances?
Esta es una investigación que abre debates entre lo ético y lo médico, pero más allá de las opiniones y las críticas y sus beneficios, es indiscutible que la ciencia avanza a grandes pasos y la salud reproductiva de la mujer no se queda atrás.
En un momento en el que cada vez se pospone más la maternidad, ampliar la ventana fértil podría ofrecer nuevas opciones a las mujeres; sin embargo, es importante seguir adelantando investigaciones para conocer los riesgos y beneficios puntuales de estos tipos de prácticas.
Un estudio publicado por la Clínica Mayo calcula que, en Estados Unidos, la menopausia es responsable de hasta 1800 millones de dólares en bajas laborales y más de 26 000 millones en gastos médicos.
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