La azitromicina pertenece a una clase de medicamentos llamados antibióticos macrólidos y su acción consiste en detener el crecimiento de las bacterias. Este fármaco es utilizado para tratar ciertas infecciones bacterianas como:
- Bronquitis
- Neumonía
- Enfermedades de transmisión sexual (ETS)
- Infecciones en los oídos, pulmones, senos nasales, piel, garganta y órganos reproductivos.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS), tiene este medicamento incluido en la lista de medicamentos esenciales. Lo que resalta su importancia para la salud pública, sin embargo, está clasificada como un antibiótico con alto riesgo de resistencia antimicrobiana y está incluido en la categoría de vigilancia “Watch”, lo que indica que se debe utilizar con precaución.
Recomendaciones
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha recomendado restringir o eliminar varias indicaciones conocidas actualmente sobre la azitromicina, uno de los antibióticos más recetados en la Unión Europea (UE), esto con el objetivo de frenar el avance de la resistencia antimicrobiana.
Según la EMA, la resistencia a los antimicrobianos se produce cuando un microbio evoluciona hasta volverse más o totalmente resistente a los antimicrobianos que antes podían tratarlo.
El Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) recomienda tras una revisión de la eficacia del medicamento que se deben modificar la mayoría de los usos que se le ha dado a este fármaco. Además, proponen retirar la prescripción en ciertos casos como:
- Para el tratamiento del acné.
- En la erradicación del Helicobacter pylori (bacteria relacionada con úlceras gástricas).
- En la prevención de ataques de asma.
En estas indicaciones no se ha demostrado que la azitromicina sea un tratamiento efectivo. La revisión incluyó estudios clínicos, datos sobre la resistencia de patógenos relevantes, evaluaciones de riesgos sobre la probabilidad de desarrollar resistencia durante el tratamiento. Además, se agregará una advertencia específica para profesionales sanitarios en la información del medicamento.
De acuerdo a la Agencia Europea de Medicamentos, la azitromicina sólo se debe prescribir después de realizar una evaluación cuidadosa de los riesgos y beneficios, considerando la prevalencia local de resistencias.
Por su parte, los cambios recomendados por el CHMP han sido enviados a la Comisión Europea, la cual deberá emitir una decisión final con validez en todos los países europeos. El ajuste que se le pretende dar a este antibiótico parte de una estrategia más amplia por parte de la EMA y de otros organismos internacionales para preservar la eficiencia de los antibióticos existentes.
Finalmente, se debe tener en cuenta que el consumo de este medicamento ha ido en aumento en los últimos años, generando una resistencia antimicrobiana considerada una crisis de salud pública.
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