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Historias BeHealth

Fe y medicina: las claves de Miguel para vencer al síndrome de Guillain-Barré

El síndrome de Guillain-Barré es un trastorno autoinmune que ataca los nervios del cuerpo. Los primeros síntomas con los que suele manifestarse son debilidad y hormigueo en las extremidades. Aunque se desconoce la causa, esta enfermedad se relaciona con infecciones respiratorias. 

En el caso de Miguel ‘Cheo’ Vásquez, entrenador de baloncesto y organizador de eventos deportivos, un día empezó a sentir que las piernas estaban perdiendo coordinación mientras caminaba y sin causa aparente. Durante el transcurso del día no presto mucha atención. Pero al día siguiente, al levantarse, se cayó contra el suelo y no pudo moverse más. 

Tras este episodio tuvo que asistir a la sala de emergencias, con los exámenes se identificó que tenía una pérdida de masa muscular, pero no lograban entender la causa de la falta de coordinación de sus extremidades y la debilidad en su cuerpo. 

Luego de visitar diferentes especialistas, un fisiatra lo diagnosticó con Guillain-Barré. El proceso fue bastante difícil para Cheo, como él relata, perdió su capacidad de hacer actividades básicas como bañarse o comer

“Para mí fue muy frustrante porque siempre he sido una persona activa. Pero  gracias a Dios tengo una familia muy unida y mis hijos no dejaron de venir para ayudarme en todo aquello que yo ya no podía hacer por mí mismo”.

Todo este proceso de inmovilidad y de días tan difíciles duró aproximadamente ocho meses. “Cada día de este proceso yo tenía una comunicación con papá Dios. Yo le decía siempre: yo quiero que tú me des la oportunidad de recuperarme y levantarme por mi familia. Pero si no era así, pedía que me llevara y me permitiera pasar a ese otro mundo al que todos sabemos que vamos a llegar. Me puse en comunión con Dios”.

El proceso de la recuperación 

“La nueva oportunidad de vida que yo pedía llegó. Luego de tener esa comunión con Dios yo sentí que algo toco mi cabeza, empecé a levantar las piernas en la cama, -yo siempre hacía ejercicios para trabajar mi columna-, pero ese día sentí que llegó una fuerza que no sentía antes. Le pedí a mi esposa  que me trajera el andador porque yo me iba a levantar y poco a poco empecé a dar pasos”.

Gracias a su voluntad, Cheo empezó a dar sus primeros pasos con ayuda del andador, luego pasó a utilizar bastón y continuó fortaleciéndose hasta que logró caminar sin necesidad de un soporte adicional. Empezó de nuevo a retomar sus actividades dentro de Puerto Rico y en el exterior. “Me sentía de nuevo productivo y eso me motivó a seguir como los últimos 30 años: haciendo deporte en la isla”, aseguró Cheo.

“Yo sé que en todo este proceso la parte médica fue importante, pero también estuvo Dios. Mi recuperación se la debo a los médicos y a papá Dios”.

Una enfermedad que perdió la batalla 

Cheo afirmó que en el éxito de su recuperación el eje principal del proceso fue su familia porque siempre estuvieron para darle apoyo y motivación. Después de un año del diagnóstico, empezó su etapa de rehabilitación a través de terapias físicas y ejercicios mentales para entender el proceso y asumirlo con optimismo y paciencia. 

“Cuando uno pasa por esta enfermedad la recuperación se da paso a paso. De manera lenta, pero confiando que uno va a poder recuperarse. No se puede perder nunca el control de las emociones porque se te unen dos enfermedades: Guillain-Barré y depresión. Es importante mantenerse motivado”. 

Durante su relato, Cheo también afirmó que “es un proceso muy fuerte, pero la perseverancia y la fe en Dios hace que uno alcance las metas que se propone como paciente. Después los médicos no podían creer mi recuperación”. 

Además de la perseverancia y la fe, Cheo recomienda a todas las personas que manifiestan síntomas como la debilidad en las extremidades y pérdida de la coordinación motora; asistir cuanto antes al médico. Para él la atención pronta, también fue parte esencial de su recuperación.

Ahora, Cheo se encuentra sin ningún rastro de la condición, asiste a controles periódicos que le muestran que su salud es estable. Sin embargo, continúa llevando un estilo de vida saludable. “Desde mi diagnóstico aprendí a vivir la vida más tranquila”. 

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