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¿Por qué los bebés pierden el cabello?

La pérdida de cabello en los bebés es completamente normal. Está relacionado con los cambios experimentados durante el parto, y con las hormonas como el cortisol, que permiten al bebé hacer frente a la transición del útero al mundo exterior.

Los primeros meses de la vida de un bebé están marcados por grandes cambios. Pero los nuevos padres no esperan encontrar mechones de pelo en el colchón de la cuna. Después de unas semanas, un bebé peludo puede quedar casi sin cabello. Puedes estar seguro de que esta pérdida de cabello rara vez es un problema.

El feto comienza a desarrollar pelo durante el primer trimestre de embarazo. La pérdida de cabello simplemente indica que el bebé se está ajustando a la vida fuera del útero. De hecho, en la cabeza de una persona adulta, cada cabello pasa por una fase de crecimiento y una fase de inmovilidad. Cuando el cabello no crece, puede caerse. Es un ciclo regular y bien distribuido.

En el caso de un bebé recién nacido, los cambios hormonales por los que pasa durante y después del nacimiento pueden hacer que todos los pelos de la fase de no crecimiento se caigan al mismo tiempo. Y por una buena razón, tanto la madre como el bebé sufren enormes cambios durante el parto. Al comienzo del trabajo de parto, el cuerpo del bebé comienza a producir hormonas que ayudan al bebé a desarrollarse y a hacer circular la sangre después de la separación del cordón umbilical.

Una reacción física

Una de esas hormonas es el cortisol. Su papel: ayudar a los pulmones del bebé a madurar y promover la producción de energía y calor. En los adultos, esta hormona del estrés provoca una respuesta de lucha o huida y también ayuda a dirigir la energía del cuerpo a las funciones vitales. Durante el parto, el estrés desencadena la producción de cortisol en el bebé, que canaliza su energía hacia los elementos esenciales para la supervivencia, dejando fuera lo superfluo… como el cabello.

Después del nacimiento, todo el cabello del bebé permanece en una fase de descanso hasta que se disponga de más recursos. Tienden a caerse cuando el niño tiene de 8 a 12 semanas, y vuelven a crecer entre los 3 y 7 meses de edad. Pero tomará hasta que el niño tenga 2 años de edad para ver aparecer el cabello más grueso.

El número y la ubicación de los folículos pilosos individuales están determinados genéticamente. Afeitar la cabeza del bebé para estimular el crecimiento del cabello es inútil. El color y el grosor también pueden cambiar varias veces durante los primeros meses o años. Lo único que les queda a los padres es disfrutar de cada estilo de pelo diferente sin apegarse demasiado a él.

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