Una de las sensaciones molestas y más comunes es la hinchazón provocada por los gases durante el periodo de gestación.

Estos síntomas, suelen presentarse al igual que otros signos como náuseas, estreñimiento, diarrea o ardores estomacales, por los cambios hormonales propios del embarazo.

Aunque tener gases en sí no representa ningún riesgo, si puede generar hinchazón abdominal, y pueden llegar a ser muy molestos, causando incluso episodios leves de dolor.

Por eso, hoy compartimos contigo algunos consejos para prevenir su aparición.

¿Aumentan los gases durante el embarazo?

Todos hemos pasado en algún momento de la vida por una etapa de hinchazón que genera algo de malestar y ocasiona gases, sin embargo, en el embarazo suele presentarse un aumento debido a la alteración en las hormonas como la progesterona que provoca que muchos tejidos del cuerpo, incluyendo el tracto gastrointestinal se relajen ocasionando que el proceso de digestión sea mucho más lento, lo que obliga a algunos alimentos y nutrientes a permanece un mayor tiempo en el cuerpo.

Si bien esto es necesario para asegurar que los nutrientes de la alimentación lleguen al bebé y para contribuir en su adecuado desarrollo, también genera estas molestas alteraciones.

El hecho de qué los alimentos permanezcan más tiempo en el cuerpo puede generar distensión abdominal, eructos y flatulencias así como sensación de pesadez.

Si bien el proceso es molesto durante los dos primeros trimestres del embarazo, en las últimas semanas la aparición de gases empeora, además de ser así por la acción propia las hormonas,  se debe a un aumento del tamaño del útero que genera una mayor presión sobre el intestino. 

¿Es posible evitar estas molestias?

Aunque los gases sean un tema común,  no deben ser vistos como algo normal,  especialmente cuando llegan a causar demasiadas molestias en la embarazada.

El consejo general es que si se presentan de forma constante, se recurra en busca de ayuda profesional. En este punto, es importante hablar abiertamente del tema con el médico  y mencionar los demás síntomas que acompañan las flatulencias, como dolor intenso, calambres, diarrea, náuseas o vómito.

Algunas recomendaciones del médico primario o de la nutricionista se enfocan en cambios en la dieta, que pueden ayudar a mejorar estas alteraciones de forma fácil.

Compartimos algunos consejos prácticos que puedes realizar

Puedes llevar un control sobre los alimentos que consumes y verificar cuáles te generan mayor exceso de gases, para evitar consumirlos de forma frecuente o para retirarlos completamente de la dieta.

Además, es importante no consumir alimentos que provocan flatulencias como el brócoli o las lentejas, así como algunos tipos de legumbres o bebidas con gas, que pueden empeorar los síntomas.

Los gases en el embarazo también se relacionan con las crisis de estreñimiento propias de la gestación, algunos alimentos astringentes como el arroz, el plátano o la zanahoria, favorecen el estreñimiento y por tanto la aparición de gases.

Para evitar esto, especialistas recomiendan una adecuada ingesta de agua durante todo el embarazo, procurando tomar en promedio unos ocho vasos de agua al día.

Algunas frutas también pueden favorecer esta complicación tales como granadillas, pitaya,  papaya o ciruelas.

Debido a que estás en periodo del embarazo, antes de recurrir a laxantes o algún tipo de medicamento, es importante que consultes con el médico y no te automediques. 

Recomendaciones básicas

• Come cinco o seis veces al día intentando incluir todos los grupos nutricionales pero asegurándose de que las porciones sean pequeñas
• Procura que las horas de las comidas sean en un espacio tranquilo, en el que puedas estar sentada y puedas hacer una buena digestión. Mastica varias veces la comida y come despacio, de esta manera reducirás la cantidad de aire a la hora de tragar.
• Evita cualquier tipo de bebida, especialmente las que contengan gas,  azúcares refinados o bebidas carbohidratos.
• Asegúrate de no ir a la cama justo después de comer, intenta que las comidas sean dos horas antes de la hora de descanso o intenta caminar para facilitar la digestión.
• Si no tienes ninguna restricción médica, mantente en la medida de lo posible lo más activa que puedas y realiza caminatas o ejercicios de bajo impacto durante todo tu embarazo.
• Evita llevar ropa muy ajustada especialmente alrededor de las cintura y la zona abdominal, pues además de las molestias de los gases llevar una ropa apretada puede generar mayor incomodidad.

¿Cuándo buscar ayuda médica?

Aunque tener flatulencias de vez en cuando es un tema completamente normal, es importante que la embarazada acude en busca de ayuda si los dolores son más intensos de lo habitual, si las molestias están acompañadas por otros signos como vómito o diarrea, o si siente que su barriga se pone muy dura.

Un dolor abdominal intenso podría indicar algún tipo de complicación como una obstrucción o inflamación intestinal, por lo que, es importante brindar atención oportuna.

Siempre sigue las recomendaciones del médico, que en este caso  particular, suelen centrarse en una mayor actividad física y en un control sobre la ingesta diaria de alimentos. 

Estos cambios básicos deben brindarte un poco de mejoría o por qué no,  la eliminación completa de los síntomas.

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Esta sustancia es la que permite al feto moverse dentro de la pared del útero sin que las paredes se ajusten demasiado a su cuerpo.

Durante las primeras semanas del embarazo aproximadamente hasta la semana 14,  el líquido pasa del sistema circulatorio de mamá al saco amniótico.

Empezando el segundo trimestre del embarazo, el bebé ya es capaz de tragar el líquido y lo excreta por la orina, esto lo hace constantemente reciclando el volumen total del líquido amniótico cada pocas horas.

A través de los ultrasonidos se puede validar que la cantidad de líquido sea la apropiada, y en casos en los que existe muy poca o demasiada cantidad, se podrían llegar a  generar complicaciones en el desarrollo del bebé.

¿Cuál es la cantidad de líquido amniótico en un embarazo normal?

La cantidad de líquido amniótico va aumentando poco a poco hasta el comienzo del tercer trimestre de gestación, puede que para este momento del embarazo se alcance un promedio de 1 litro. 

Tu médico validará si cuentas con la cantidad de líquido amniótico correcta, en algunos casos contar con un exceso recibe el nombre de polihidramnios y cuando el líquido es escaso se conoce como oligohidramnios.

En cualquiera de las dos alteraciones,  a través de los controles de seguimiento el médico podrá detectar la condición, además algunos síntomas como malestares abdominales, mayor dolor de espalda, falta de aire e hinchazón excesiva en pies y tobillos, podrían indicar que hay un exceso en el líquido.

Para corroborar la sospecha el médico puede solicitar una ecografía o un ultrasonido en el que se medirán los focos más grandes de líquido amniótico en cuatro secciones diferentes del útero y se sumarán para ver en donde se encuentra el índice que para el tercer trimestre no debe superar los 25 cm.

¿Por qué puede haber un exceso de líquido amniótico? 

Algunas de las causas que pueden generar una alteración en la cantidad de líquido amniótico son:

Diabetes materna

Se calcula que alrededor de un 10% de las mujeres que desarrollan diabetes en el embarazo padecen polihidramnios, la condición suele desarrollarse particularmente durante el tercer trimestre del embarazo y surge por causa de un mal control en la enfermedad.

Embarazo de dos o más bebés

El embarazo de gemelos, mellizos o más bebés, representa un riesgo de presentar niveles altos de líquido amniótico, en algunos casos incluso uno de los bebés podría tener muy poco líquido, mientras que el otro tiene un exceso. 

Anomalías genéticas 

Algunas investigaciones señalan que los bebés que han tenido durante su desarrollo altos niveles de líquido amniótico tienen mayor riesgo de presentar una anomalía genética como el Síndrome de Down

Anemia fetal

Aunque es poco común, la presencia de polihidramnios puede ser un signo de que el bebé presenta un grave caso de anemia por una incompatibilidad en el Rh. Para este caso el médico puede sugerir una transfusión de sangre intrauterina frente a la cual, es importante que consulte sobre las ventajas y riesgos de este procedimiento.

¿Qué hacer tras un diagnóstico de polihidramnios?

Tras la sospecha y debida confirmación de un exceso en el líquido amniótico pueden solicitarse estudios como el de diabetes gestacional, además, pueden sugerir una amniocentesis para descartar posibles anomalías genéticas e infecciones.

Tener polihidramnios además requiere un reposo frecuente y un control exhaustivo durante el resto del embarazo para revisar el desarrollo del bebé y vigilar signos de posible parto prematuro o ruptura temprana de las membranas.

Además, luego de dar a luz, puede ser necesario la asistencia a controles rigurosos por lo que el útero al estar demasiado distendido puede presentar una hemorragia puerperal o posparto al no lograr contraerse bien. 

Sigue siempre las indicaciones de los especialistas, asiste a los controles médicos y realiza los exámenes que solicitan para cuidar el adecuado desarrollo de tu embarazo y de tu bebé.

Con información babycenter

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Para esta semana tu bebé continúa creciendo y aunque aún es muy pequeñito, compararlos con algunas semanas atrás nos permite apreciar su significativa evolución.

Es posible que su peso esté entre unos 320 gramos (un poco más de media libra) y su medida puede estar entre los 16 centímetros, desde la coronilla hasta el cóccix. 

Debido a que su tamaño ha aumentado y lo continuará haciendo, tus órganos se correrán para dar espacio a su formación, por lo que se ejercerá una pequeña presión sobre tus pulmones, estómago, vejiga y riñones.

Como parte de su desarrollo, sus uñas y cabello continúan creciendo y debajo de la capa cerosa “unto sebáceo”, que se formó una semana atrás, su piel se está haciendo más gruesa creando varias capas. 

Tu bebé duerme y se despierta constantemente y es posible que empieces a sentir sus movimientos de forma leve.

Recomendaciones para mamá

Normalmente para esta etapa del embarazo ya debes haber tenido alguna ecografía, ese primer encuentro con ese amor único e incondicional y ya habrás odio ese palpitar de su corazón que recordarás para siempre.

Si aún no lo has hecho, tú médico indicará una para hacer una revisión del adecuado crecimiento y desarrollo del bebé, tomando algunas medidas gracias a  ondas sonoras que crearán una imagen. 

Una ecografía puede determinar el tamaño y la posición del feto, como también cualquier anormalidad de los huesos y órganos que sean visibles en esta etapa del embarazo.

Aunque no siempre es posible, si tu bebé está en una buena posición, podrías saber si vas a tener un niño o una niña. 

• Recuerda que tu alimentación es clave para brindar los nutrientes necesarios para el desarrollo del bebé.
• Mantente hidratada siempre.
• Realiza caminatas o algún tipo de actividad de bajo impacto.
• Disfruta de esta maravillosa etapa… los días se van rápido.

Con información Mayo Clinic

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