Please ensure Javascript is enabled for purposes of website accessibility
ColumnasLily GarcíaSalud Mental

Suéltame, que me ahogas…

Una amiga y yo estábamos comparando historias de experiencias con nuestras madres. Nos reímos mucho. De hecho, llegamos a la conclusión de que ambas madres parecen estar cortadas con la misma tijera. 

En la conversación mi amiga me confesó ser muy controladora y que ese “deseo de control” lo manifiesta no solo con su madre, sino también con sus hijas. La madre de mi amiga parece resentirse bastante y eso les causa problemas. Pero me dice que sus hijas, por el contrario, ya están curadas de espanto y la han dado por incorregible. Hasta “memes” le hacen. Mi amiga está consciente cuando la necesidad de control la está dominando. Se da cuenta cuando va a hacer algo ridículo y exagerado, de lo cual después se va a arrepentir. Pero lo hace como quiera.  

Justo después de terminar la llamada con ella, entré a Facebook, y me encontré con esta publicación: “El mayor acto de amor de las madres y padres es volverse innecesarios”. Wow…Y claro, tan pronto lo leí, le tomé una foto a la pantalla y se la envié a mi amiga. Posiblemente ustedes pensarán que como yo no soy madre no puedo entender esa necesidad de control y protección que sientes los progenitores. Yo no seré madre, pero conozco muchas, y puedo reconocer cuando una preocupación es normal, y cuando se están pasando de la raya

Lee: El renacer de Janet

Una cosa es querer proteger a los tuyos, y otra, vivir en constante ansiedad por lo que pueda ocurrirles. Es natural que necesitemos algún control en nuestras vidas, nadie disfruta vivir en caos.  Sin embargo, puedes reconocer que estas intentando controlar en exceso cuando sientes que el bienestar de otros depende cien por ciento de ti; o comienzas a tener problemas en tus relaciones por entender que solo tú sabes lo que deben o no deben hacer; o cuando inviertes demasiada energía intentando prevenir que ocurran cosas negativas.  

Lo cierto es que, a pesar de nuestras mejores intenciones, el ser controladores nos lleva a ahogar a aquellos que más amamos, y, en el proceso, nos drena mental y emocionalmente.  

Los expertos en el comportamiento humano enumeran varias razones por las cuales podemos entrar en este tipo de dinámica. Es posible que sea la respuesta a traumas en algún momento de nuestras vidas, especialmente en la niñez, donde no teníamos control alguno de lo que estaba ocurriendo a nuestro alrededor. Puede haber también algún desorden de ansiedad o de personalidad que empuje a este deseo de control exagerado. O tal vez es un patrón aprendido, lo que hemos visto en aquellos que nos criaron.  

No importa cual sea la razón, el primer paso para cambiar un comportamiento que nos roba felicidad es reconocerlo. Ese paso ya lo dio mi amiga porque está clara en que es algo que no aporta nada a su vida, y menos aún a la de sus hijas. Así que ya está en buen camino. El segundo paso podría ser preguntarse “¿Cuál es mi miedo?” y mirar el miedo a la cara y de frente. Y una vez identificado ese miedo, algo que sé que no es fácil para ninguno de nosotros, puede entonces sustituir esos pensamientos de miedo por afirmaciones racionales.  

No hay necesidad de agarrarnos al peor de los escenarios. No hay porque pensar en que si las cosas no salen exactamente como yo quisiera, el mundo se acaba. Y si entendemos que ese deseo compulsivo de controlar es algo que no podemos manejar solos, busquemos ayuda. Es mucho lo que podemos crecer cuando nos abrimos a explorar nuestros miedos y comportamientos exagerados al lado de profesionales con conocimiento en salud mental.  

Te puede interesar: Mientras más das, más recibes…

Admito que ha habido momentos en mi vida en que llegué a sentir esa necesidad de controlar. Me hizo mucho daño. Todavía reconozco de vez en cuando la tendencia, pero la puedo identificar y soltar. No quiero que nada ni nadie me robe mi paz, y eso me incluye a mi misma. 

Lily García

Lily García es locutora, conferenciante motivacional, “coach” de vida certificada, tanatóloga y actriz, con una vasta experiencia como comunicadora en la radio, televisión y prensa escrita en Puerto Rico. Ha publicado ocho libros sobre temas de auto-ayuda, un audio libro y dos CDs de meditaciones y visualizaciones dirigidas.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba