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Dra. Di Marco: «se puede ser madre y profesional al mismo tiempo»

Para la Dra. Anna Di Marco, hematóloga – oncóloga, la maternidad no solo ha sido una parte de su vida, sino el regalo más grande que ha recibido de Dios

Como madre biológica y también madre de corazón, como se declara al adoptar y amar como suyos a los hijos de su esposo, destaca la importancia de formar una familia basada en el amor, la fe y la entrega.

Equilibrar su vocación como profesional de la salud con su rol de madre ha sido un desafío constante y es consciente de que el apoyo incondicional de sus padres, suegros y su esposo ha sido fundamental.

“Es una empresa difícil que hay que hacer con mucha organización”, comparte con honestidad al hablar sobre el equilibrio que se debe formar entre lo laboral y esta faceta de la vida de las mujeres.

Los retos detrás de la maternidad

Uno de los mayores retos que ha enfrentado ha sido estar presente en los momentos importantes de sus hijos, ya que las emergencias médicas muchas veces no esperan. Sin embargo, destaca con orgullo cómo con el paso de los años, sus hijos han aprendido el valor de ayudar al prójimo y han comprendido sus ausencias. 

“Es algo que de muy niños les dolía, pero ahora, de grandes, lo aprecian y lo comprenden”, señaló.

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Un consejo de mamá 

Su consejo para otras mujeres que desean ser madres sin renunciar a su desarrollo profesional es claro y lleno de esperanza: «Sí se puede, pero hay que organizarse»

Para la especialista en hematología, hijos y pacientes tienen la misma prioridad, y recuerda que con Dios en el corazón, todo se puede lograr. 

“Si te dejas guiar por las enseñanzas de Cristo, serás una gran madre y una gran profesional, no importa a qué te dediques”, expresó.

Mamá orgullosa 

Entre sus recuerdos más emotivos, guarda una escena cotidiana que marcó su maternidad, pues cada vez que salía de casa para atender pacientes, su hijo Francesco le preguntaba con ternura: “Mami, ¿cuántos enfermitos vas a ver hoy?”. Si le decía la verdad, él se entristecía. Entonces, para tranquilizarlo, siempre respondía: “uno”. Ese pequeño gesto le permitía irse en paz, sabiendo que su hijo se quedaba tranquilo con su papá.

Hoy, Francesco se gradúa de High School con honores, y la Dra. Di Marco lo celebra como una prueba de que sí se puede ser madre y profesional de la salud al mismo tiempo

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