La Dra. Karelys Burgos Irizarry, M.D., ofrece valiosas recomendaciones de salud preventiva para pacientes con enfermedades inflamatorias intestinales (EII), destacando que la mayoría de estos requieren tratamientos inmunosupresores que aumentan el riesgo de complicaciones.
“Nosotros hicimos un estudio en la universidad y evidenciamos que el 70 – 80 % de los pacientes con EII están en tratamiento inmunosupresor”, explicó.
Los tratamientos inmunosupresores incluyen medicamentos como prednisona, azatioprina, mercaptopurina y metotrexato, los cuales deben ser manejados cuidadosamente debido a su impacto sobre el sistema inmunológico. Esto hace indispensable un enfoque preventivo sólido que incluya vacunas, cernimiento de cáncer, deficiencias nutricionales y salud emocional.
Vacunas recomendadas
“La vacuna del COVID-19 y la influenza son esenciales para todos los pacientes con EII, incluso si están en tratamiento. Lo ideal es aplicarlas antes de octubre (PORQUE LA TEMPORADA DE INFLUENZA INICIA ESTE MES) para prevenir complicaciones graves O LA REACTIVACIÓN DE LA ENFERMEDAD», ACLARÓ LA dRA. BURGOS.
Para pacientes en terapia anti-TNF (como Humira o Infliximab), se recomienda una dosis alta de vacuna de influenza.
En cuanto a la vacuna de neumonía o neumococo, los esquemas con PCV15 o PCV20 más PPSV23 se recomiendan desde los 19 años si se está recibiendo inmunosupresión sistémica.
“Esta vacuna no es igual que en la población general. Es importante que el paciente lo sepa para que pueda discutirlo con su médico y acceder a la vacuna a través de una justificación”, aclaró.
La vacuna de la culebrilla recombinante o más conocida como (Shingrix) también se recomienda a partir de los 19 años en estos pacientes, al igual que la de la hepatitis A y B, y el virus del papiloma humano (VPH) en adultos de 18 a 26 años, o hasta los 45 años según factores de riesgo (adultos que están propensos a tener diferentes parejas sexuales o nuevas parejas sexuales).
En el caso de la la vacuna de la varicela puede ser administrada a pacientes cuatro semanas antes de comenzar el tratamiento inmunosupresor.
“Cuando la población general no cualifica, estos pacientes sí. No deben esperar que su médico lo ofrezca: deben estar informados y pedirlo”, destacó.
Cernimiento de cáncer
La Dra. Burgos enfatizó que hay tres tipos principales de cáncer que requieren seguimiento en pacientes con EII:
- Cáncer colorrectal: Colonoscopía cada 1 a 3 años si hay colitis extensa por más de 8 años o si hay factores de riesgo como historial familiar.
- Cáncer de piel: Evaluación anual si está bajo inmunosupresión.
- Cáncer cervical: Citología anual o cada 3 años si la prueba de PAP es negativa.
“Si ya empezó terapia biológica, recuerde mencionar el cernimiento en su próxima visita. Este tipo de empoderamiento POR PARTE DEL PACIENTE es clave para su salud”, AFIRMÓ LA ESPECIALISTA.
Osteoporosis y fracturas
La osteoporosis se define como una pérdida en la densidad mineral ósea que debilita el hueso y te predispone a fracturas.
La pérdida de masa ósea es común en pacientes con EII, sobre todo si hay uso prolongado de esteroides, bajo peso, menopausia o hipogonadismo.
“Una fractura puede limitar la calidad de vida de nuestros pacientes. Si podemos prevenirla, debemos hacerlo», PUNTUALIZÓ.
Para ello, se recomienda una densitometría ósea en personas en riesgo, y suplementos diarios de vitamina D de 800 a 1000 unidades por día y de calcio de 1200 mg por día para mujeres mayores de 65 años y para hombres mayores de 70 años.
Deficiencias nutricionales
Las deficiencias de hierro, vitaminas del complejo B (como B12 y B6), y vitamina D son frecuentes. La Dra. Burgos aconseja hacer pruebas al menos una vez al año o cada seis meses para monitorear estos niveles y tomar acción temprana.
“La inflamación puede causar malabsorción. Detectarla a tiempo puede prevenir síntomas graves”, enfatizó.
También se recomienda consultar a un nutricionista clínico, ya que no existe una dieta estándar para todos los pacientes con EII.
Esta orientación preventiva no solo mejora el pronóstico, sino que fortalece la autonomía del paciente.
“Nuestro objetivo es educar, empoderar y proteger. No se trata solo de tratar la enfermedad, sino de cuidar al paciente en su totalidad», concluyó la dra. burgos.