facebook_image
Bienestar General

Abecé de la disfagia: la anomalía que dificulta tragar

¿Has tenido dificultades para que tu comida pase del esófago al estómago? Pues podrías  tener disfagia, un trastorno que, aunque raro, es bastante común en varios pacientes. A continuación te contamos un abecé de esta condición que se caracteriza por el impedimento para que los alimentos y líquidos ingresen al cuerpo de manera normal.

Lo difícil de este trastorno es que, en algunos pacientes, puede llegar a ser doloroso porque mientras la comida o bebidas pasan por la garganta, hay un fuerte malestar, que imposibilita la deglución.

De hecho, no solo pasa con la comida o los líquidos, sino que también podría ser cuando pasas saliva. Por ello, si ves que es recurrente, no dudes en asistir cuanto antes al médico debido a que, en casos graves, podría generarse una especie de bulto en el esófago que podría necesitar cirugía.

Sintomatología

Lo curioso de esta anomalía, además de causar síntomas físicos, es que podría empezar a generar trastornos de salud mental que vienen acompañados, según ha descrito la literatura médica científica, de risas fuertes, lágrimas y gritos.

Así mismo, en casos más graves, la disfagia podría ser responsable de que el paciente sufra conciencia borrosa, convulsiones, así como enfermedades de la glándula tiroides y el corazón.

Aunque se cree en la población general que esta enfermedad ocurre en la vejez, lo cierto es que podría presentarse en cualquier momento de la vida. Eso sí, en los adultos mayores, es mucho más común, por lo que si vives con uno de estos pacientes es importante que empieces a observar cómo es su proceso de deglución, para evidenciar si padece esta anomalía.

Otros síntomas que podrían ayudar a identificar la disfagia podrían incluir:

  • Babeo
  • Ronquera
  • Regreso de la comida (regurgitación)
  • Acidez estomacal frecuente
  • Alimentos o ácido estomacal que vuelve a la garganta
  • Pérdida de peso
  • Tos o arcadas al tragar

Ten en cuenta que, si tu disfagia te impide respirar, debes pedir ayuda cuanto antes porque podría causar asfixia. Alerta a alguien con quien estés cerca o llama de inmediato a la línea de emergencias.

Causantes

Esta enfermedad no es por comer mucho, como se cree comunmente. Puede ser causada por múltiples factores que van desde daños y problemas musculares y nerviosos hasta el estrechamiento de las vías respiratorias y esofágicas.

Otros de los posibles desencadenantes de la disfagia suelen incluir el proceso de deglución que tienes en tu organismo. Existen 3:

  • Oral (voluntario), cuando una persona controla el sorbo por su cuenta.
  • Faríngeo (involuntario rápido), cuando una persona traga sin control.
  • Esófago (lento involuntario) con avance lento e incontrolado de los alimentos a través del esófago.

Además, debes enterarte que no solo hay un tipo de esta anomalía: existen, al menos, 10 categorías que podrían incidir en tu estado de salud. Todas incluyen problemas para deglutir pero su presentación suele ser diferente. Algunos de los más comunes son la acalasia, que es cuando el músculo esofágico inferior (esfínter) no se relaja adecuadamente para permitir que los alimentos ingresen al estómago; y el espasmo difuso, que provoca contracciones del esófago de mucha presión y descoordinadas, en general, después de tragar.

Otros de los tipos menos frecuentes pero que debes conocer de la mano de un experto son la constricción esofágica, los tumores esofágicos, los cuerpos extraños que aparecen en la zona, el anillo esofágico, entre otros.

Tratamientos y diagnósticos

Si desarrollas algunos de los síntomas antes descritos, como ya te dijimos, debes ir al médico para que te evalúe. Allí harán un análisis de tu historial clínico, palparán la zona afectada y, posiblemente, te sometan a ciertos exámenes como el coprograma, la laringoscopia, entre otros, para saber si tienes la condición.

Una vez te la diagnostiquen te prescribirán agentes farmacológicos para atacar posibles bacterias. En casos graves tendrán que operarte para remover la anomalía y, desde allí, empezarás a adecuar mejores hábitos para comer. Esto incluye practicar ejercicios para coordinar los músculos de esa parte del cuerpo, que deberás realizar con la toma de medicamentos y mejores hábitos alimenticios.

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba