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Cómo mantener un peso saludable antes y después del embarazo

Tener un aumento de peso adecuado durante el embarazo disminuye el riesgo de algunas enfermedades como la diabetes y la hipertensión. Pero el sobrepeso causa complicaciones a la madre en el momento del parto y al recién nacido, además de contribuir a la retención de peso después del parto.

Así que, ¿hay un peso ideal para las mujeres embarazadas?

La respuesta es no. Como veremos más adelante, esto varía de una mujer a otra y también depende de la duración del embarazo. Pero para todos ellos, el control del peso es crítico para su salud.

Según investigaciones, la tasa de malformaciones fetales es mayor en las mujeres obesas que en las que tienen un peso adecuado. Pero las mujeres embarazadas con bajo peso también merecen atención y deben recibir asesoramiento nutricional y suplementos alimenticios, según la orientación del médico o nutricionista.

La importancia de la atención prenatal

El control de peso se hace en las consultas prenatales. Durante este seguimiento, es posible identificar a las mujeres embarazadas con un aumento de peso menor o excesivo para su edad gestacional y orientarlas sobre los procedimientos adecuados en cada caso.

Además de asegurar la salud de la mujer y su bebé, la atención prenatal tiene como objetivo acoger a la mujer desde el principio del embarazo, ya que es un período de miedos, dudas y curiosidades sobre lo que le ocurre al cuerpo.

¿Cómo debería ser el aumento de peso?

Según las directrices hay un rango de aumento de peso recomendado por trimestre. Este valor se determina de acuerdo con la situación nutricional inicial de la mujer embarazada.

Las que tienen poco peso deben aumentar 2,3 kg en el primer trimestre y 0,5 kg por semana en el segundo y tercer trimestre. Las mujeres embarazadas con un peso adecuado, con un IMC entre 18,5 y 24,9, deben aumentar 1,6 kg en el primer trimestre y 0,4 kg por semana en el segundo y tercer trimestre.

Las mujeres embarazadas con sobrepeso deben aumentar hasta 0,9 kg en el primer trimestre. Las mujeres embarazadas obesas no necesitan aumentar de peso en el primer trimestre. En el segundo y tercer trimestre, las mujeres embarazadas con sobrepeso y obesas deben aumentar hasta 0,3 kg por semana y 0,2 kg por semana, respectivamente.

Cuida tu comida

«Estás embarazada, necesitas comer por dos». ¿Esa frase te suena familiar? Sí, existe esa creencia, pero es infundada. Sin embargo, durante el embarazo, las mujeres necesitan comer pequeñas comidas, varias veces al día, que se basan en una dieta equilibrada, con alimentos variados como: maíz, avena, arroz, frijoles, verduras, frutas, leche, yogur, queso y carne.

En esta etapa, también es importante consumir alimentos ricos en fibra, que ayudan a prevenir el estreñimiento, además de aumentar la ingesta de agua. El zumo de fruta, el agua de coco o el agua normal vale la pena. El consumo de carne, pollo, pescado, carne de vacuno e hígado ayudan a prevenir la anemia.

Evitar dietas restrictivas

El cuidado de la comida es importante durante y después del embarazo. En ambas fases, la mujer y el bebé necesitan estar bien alimentados. Además, comer bien también ayuda a regular el peso.

Por lo tanto, durante este período se recomienda evitar las dietas restrictivas. Intenta llevar una dieta equilibrada comiendo alimentos frescos y evitando el consumo de alimentos ultra procesados. En el caso de las que ya han tenido su bebé, la lactancia es el principal aliado de la reducción de peso.

Lactancia materna

Todo el mundo conoce ya las numerosas ventajas de la leche materna para la salud del bebé, pero la lactancia materna también aporta numerosos beneficios para la salud de la mujer. Además de liberar oxitocina, que es la hormona responsable de las contracciones uterinas y devuelve el útero a su tamaño normal, la lactancia también ayuda a reducir el peso corporal después del nacimiento.

Esto se debe a que la producción de leche materna requiere una gran cantidad de energía. Para ayudar al metabolismo en el proceso de pérdida de peso durante la lactancia, trata de comer bien, consumiendo frutas y verduras y evitando los alimentos industrializados. Además, trata de realizar ejercicios físicos ligeros de acuerdo con el consejo médico.

No dejes de lado la actividad física

¿Sabías que el embarazo y la actividad física se combinan muy bien? Mantenerse físicamente activo ayuda a la preparación física y también alivia algunos síntomas típicos del embarazo, como la hinchazón. Además, el caminar y el ejercicio ligero ayudan a controlar el peso, fortalecer los músculos y mejorar la circulación sanguínea.

Es importante elegir actividades que sean ligeras y placenteras al mismo tiempo. Si no hay contraindicaciones médicas, la actividad física puede y debe mantenerse desde el principio hasta el final del embarazo.

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