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Defensa de los Derechos Humanos es clave para erradicar el sida en 2030

La defensa de los Derechos Humanos se presenta como un factor esencial para erradicar la pandemia del sida, según el informe más reciente de ONUSIDA, titulado Tomar el camino de los derechos para acabar con el sida. Publicado en vísperas del Día Mundial del Sida, afirma que, a pesar de los avances en el tratamiento y la prevención del VIH, las violaciones de los derechos humanos siguen siendo una barrera significativa para alcanzar el objetivo de acabar con el sida para 2030.

Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, afirma que “cuando a las niñas se les niega la educación; cuando existe impunidad para la violencia de género; cuando las personas pueden ser detenidas por lo que son o por lo que aman; cuando una visita a los servicios de salud es peligrosa para las personas debido a la comunidad de la que proceden, el resultado es que se impide a las personas acceder a los servicios relacionados con el VIH que son esenciales para salvar sus vidas y poner fin a la pandemia del sida”.

Además, insiste en la urgencia de garantizar que todas las personas, independientemente de su género, orientación sexual, raza o estatus social, puedan acceder a la atención médica y los servicios necesarios para prevenir y tratar el VIH.

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Cifras

El informe destaca que aún existen 9.3 millones de personas viviendo con el VIH que no tienen acceso a los tratamientos vitales. De los 39.9 millones de personas que viven con el VIH a nivel mundial, más de un millón se infectan cada año, y las muertes relacionadas con el sida continúan siendo altas, con 630.000 fallecimientos en 2023.

Para la ONUSIDA estas cifras evidencian que, aunque la ciencia ha avanzado, las disparidades en el acceso a los servicios de salud y la continua criminalización y estigmatización de las personas más vulnerables siguen siendo obstáculos críticos. La criminalización de las relaciones entre personas del mismo sexo en 63 países y la violencia y discriminación hacia las mujeres y las niñas son ejemplos de cómo la falta de respeto por los derechos humanos contribuye a que millones de personas no puedan acceder al tratamiento y la atención que necesitan para sobrevivir.

Particularmente preocupante es la situación de las mujeres jóvenes, especialmente en África. El informe revela que cada día, 570 mujeres y niñas de entre 15 y 24 años contraen el VIH, y que en al menos 22 países de África oriental y meridional las mujeres en este grupo etario tienen tres veces más probabilidades de estar infectadas que sus compañeros varones. Activistas como Nomonde Ngema, que lucha contra el VIH, enfatizan la necesidad de que las niñas reciban una educación adecuada y tengan acceso a información que les permita protegerse, resaltando que la violencia y la discriminación deben tratarse como una emergencia de salud pública y derechos humanos.

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Finalmente el informe señala que el acceso a medicamentos innovadores, como los tratamientos de acción prolongada que solo requieren inyecciones unas pocas veces al año, podría marcar una diferencia significativa. Sin embargo, estos avances no serán efectivos si no se asegura el acceso universal a los mismos, especialmente en regiones más desfavorecidas.

Alexandra Calmy, responsable de VIH en los Hospitales Universitarios de Ginebra, destaca que «las herramientas médicas que salvan vidas no pueden tratarse como meras mercancías», instando a que la tecnología y los tratamientos sean compartidos a nivel global para hacerlos más accesibles y reducir los costos.

 

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