Han pasado más de cinco años desde que se declaró inicialmente que el COVID era una pandemia y aún se siguen conociendo nuevos tipos de cepas que continúan afectando la salud de las personas en diferentes partes del mundo.
La OMS vigila de cerca el alcance de la nueva variante de SARS-cov-2, llamada NB.1.8.1, debido al registro de un aumento significativo en casos y en hospitalizaciones en el mundo.
NB.1.8.1 es una variante del SARS-CoV-2 derivada de la variante recombinante XDV.1.5.1, con la primera muestra identificada el 22 de enero de 2025. Es una de las seis variantes bajo monitoreo registradas por la OMS, y fue oficialmente designada como tal el 23 de mayo de 2025.
Se han reportado 518 secuencias de NB.1.8.1 en la base de datos internacional GISAID, provenientes de 22 países, lo que representa el 10.7% de las secuencias globales detalla la OMS.
Aunque algunos países donde NB.1.8.1 está muy presente han visto aumentos en casos y hospitalizaciones, los datos actuales no indican que esta variante cause una enfermedad más severa que otras que circulan.
La cepa se ha identificado cepa como dominante en China y Hong Kong y se ha detectado en el Reino Unido, Estados Unidos y Australia y en destinos turísticos como Egipto, Tailandia y las Maldivas.
Para la OMS, según la evidencia disponible, el riesgo adicional que representa NB.1.8.1 para la salud pública global se considera bajo.
Se espera que las vacunas contra la COVID-19 actualmente aprobadas sigan siendo efectivas contra esta variante tanto para prevenir síntomas como enfermedad grave.
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Síntomas de la nueva cepa
Los síntomas clásicos del coronavirus son: tos, dolor de garganta, fiebre, malestar generales o pérdida del olfato y del gusto. Estos siguen presentes en la mayoría de los casos, sin embargo, expertos señalan que esta variante está mostrando una mayor incidencia de problemas gastrointestinales.
Los nuevos síntomas incluyen diarrea, estreñimiento y náuseas, lo que podría significar que es más fácil confundir una infección por Covid-19 con cualquier otra enfermedad.
Según detalla Lara Herrero, viróloga de la Universidad Griffith (Australia), en un artículo publicado en The Conversation, esta cepa “podría propagarse con mayor facilidad y eludir parcialmente la inmunidad derivada de infecciones previas o de la vacunación”.
¿Qué dicen los laboratorios?
- Los estudios de laboratorio muestran que el sistema inmunológico de personas previamente infectadas con otras variantes (como BA.5, JN.1 o XDV) reconoce un poco menos eficazmente a la variante NB.1.8.1, en comparación con otra variante actual llamada LP.8.1.1.
- La capacidad de neutralizar (detener) al virus se reduce entre 1.5 y 1.6 veces, lo que significa que NB.1.8.1 es un poco más difícil de ser neutralizada ante las defensas del cuerpo.
- En pruebas con ratones que ya estaban vacunados, las vacunas actuales también generaron defensas similares o un poco más bajas contra NB.1.8.1, lo que sugiere que las vacunas siguen siendo útiles, aunque quizás con ligera menor efectividad frente a esta nueva variante.
Proporciones globales de variantes del SARS-CoV-2, semanas epidemiológicas 14 a 17 del año 2025

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