Aunque parece sacado de la literatura fantástica, el síndrome de Alicia en el País de las Maravillas (AIWS, por sus siglas en inglés) es una afección neurológica reconocida, caracterizada por distorsiones en la percepción sensorial, principalmente de tipo visual, aunque también puede alterar la percepción del tiempo, el sonido y la propia imagen corporal.
De acuerdo con una revisión publicada en la National Library of Medicine, bajo el National Center for Biotechnology Information (NCBI), este síndrome se manifiesta con fenómenos llamados metamorfopsias, como ver los objetos más grandes (macropsia) o más pequeños (micropsia) de lo que son en realidad, o experimentar que las partes del cuerpo cambian de tamaño o forma sin que ello ocurra físicamente. Estas alteraciones no son alucinaciones ni ilusiones, sino que responden a un mal procesamiento sensorial por parte del cerebro.
Aunque se considera poco frecuente, estudios recientes sugieren que estos síntomas podrían estar más presentes en la población general de lo que se pensaba. Investigaciones en Japón hallaron que hasta un 9 % de estudiantes reportaron síntomas transitorios compatibles con AIWS, y en Finlandia se ha observado una prevalencia de hasta 38 % en ciertos grupos. En la mayoría de los casos, estas distorsiones son temporales y se resuelven sin tratamiento.
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Una investigación recogida en la plataforma NCBI fue más allá y exploró su relación con el mundo del arte. El estudio entrevistó a 20 artistas contemporáneos de pintura figurativa pertenecientes al movimiento conocido como realismo interrumpido, un estilo que mezcla el realismo con distorsiones perceptivas.
El hallazgo fue revelador: el 85 % de los artistas entrevistados manifestó haber experimentado alteraciones sensoriales como metamorfopsias o alucinaciones leves, y el 55 % relató síntomas visuales directamente relacionados con el AIWS, aunque la mayoría no había sido consciente de que esas distorsiones podían estar asociadas a un síndrome neurológico.
Casos históricos como los de Claude Monet, cuyas cataratas alteraron su percepción del color, o Francis Bacon, cuya representación distorsionada de rostros podría explicarse por prosopometamorfopsia, abren una ventana fascinante entre la neurociencia y la expresión artística. Las obras de estos pintores no solo reflejan su talento, sino también cómo percibían su realidad interna, influida posiblemente por condiciones visuales o neurológicas.
Síntomas
Los expertos aún no han definido con precisión la causa del AIWS, aunque se ha asociado con migrañas, infecciones virales (como Epstein-Barr), epilepsia y alteraciones en el lóbulo parietal del cerebro. No existe un tratamiento específico, pero el abordaje suele ser sintomático, y en muchos casos, el síndrome desaparece con el tiempo