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“Es importante que los familiares de los pacientes conozcan la condición»: el testimonio de Samuel

Para Samuel el diagnóstico de párkinson fue cuando tenía treinta y cinco años, pero ya, desde muchos años antes, sufría los primeros síntomas de esta condición.  El cambio en su vida fue abismal, cuando se encontraba en sus mejores años como profesional de béisbol en los Tigres de Detroit comenzó a sufrir percances en una actividad que llevaba tantos años entrenando. “A los dos años de estar en el equipo se me comenzó a dificultar lanzar la bola al pitcher”. El esfuerzo era tan inmenso que tuvo que abandonar su sueño sin sospechar que todo se debía a la condición que le diagnosticarían posteriormente.

Cuando el diagnóstico llegó luego de tantos años debido a que los síntomas eran cada vez más severos, Samuel estaba casado y tenía ya dos hijos. “Mi mano izquierda empezaba a temblar y debía arrastrar los pies para caminar”. Junto a la enfermedad, Samuel también recibió el duro golpe del abandono de su nueva familia.

“Fue muy difícil. Esa primera familia la perdí, esos primeros hijos ya no los veo. El cambio fue muy fuerte en ese momento. Tuve que dejar de trabajar, bajaron los ingresos, perdí mi casa, perdí mi carro, lo perdí todo”, confesó Samuel.

Dada su experiencia, nuestro entrevistado precisa la importancia de que los familiares y cuidadores de pacientes con párkinson se eduquen sobre está condición.

“Lo más importante es que los familiares de los pacientes estén bien orientados y conozcan la condición. La incomprensión es más difícil para el paciente que la propia enfermedad”.

Además, explicó que el proceso es muy complejo pues son muchos los cambios en el paciente y además los medicamentos tan fuertes provocan muchos efectos secundarios.

El ejercicio sigue siendo para él un estilo de vida, diariamente se levanta temprano en las mañanas para ir al gimnasio, nadar o montar bicicleta; y agradece la mejoría que tuvo en su vida luego de la terapia de estimulación cerebral profunda. Un tratamiento que le permitió una gran mejoría en su movilidad:

“Antes de la operación yo casi no me podía levantar de la cama; a veces tenía que arrastrarme para llegar al baño”, narró Samuel.

Actualmente, Samuel también dedica parte de su tiempo a visitar a pacientes con su misma condición y precisa que siempre procura acercarse a su familia para que ellos comprendan lo que ocurre y, como mencionó, “no le pase lo mismo que a él”.

Y aunque el párkinson ha afectado su habla, siendo el mayor de los síntomas, no se detiene en su tarea de ayudar a quienes están pasando por lo mismo que él ya ha vivido; tanto así que se encuentra trabajando para crear una fundación para pacientes de párkinson en la isla.

Con cuarenta y ocho años de edad, Samuel menciona que su motivación más grande son sus hijos a pesar de no poder verlos. Agradece a todas las personas que le acompañan actualmente en su vida y lo apoyan, “son mis ángeles”, refirió.

Finalmente, enfatiza en la importancia de que los pacientes con esta condición no se den por vencidos, que sigan luchando y que los cuidadores comprendan el proceso de su familiar.


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