Durante muchos años, la sociedad ha juzgado duramente a quienes expresan que no se sienten cómodos con el género que se les asignó al nacer. Esto sigue siendo un tema delicado, especialmente para madres, padres y familias que muchas veces no saben cómo manejarlo cuando lo viven en casa.
Muchas personas transgénero explican que no es simplemente una elección. No se trata de «levantarse un día y decidir ser de otro género». Es mucho más profundo: hay angustia, incomodidad, una sensación de que algo no encaja entre cómo se sienten y lo que los demás ven.
¿Qué es la disforia de género?
Ese malestar intenso que surge cuando la identidad de género no coincide con el sexo asignado al nacer se conoce como disforia de género. Es una condición reconocida por profesionales de la salud mental y puede afectar profundamente la vida emocional y social de quien la experimenta.
Este sufrimiento puede aumentar cuando la persona trans enfrenta rechazo, burlas o discriminación. Es común que este rechazo se dé en la escuela, el trabajo o incluso en el propio hogar, generando un impacto fuerte en su bienestar emocional.
¿Qué significa ser transgénero?
Una persona transgénero es alguien cuyo género no se alinea con el que se le asignó al nacer. Es decir, una persona que fue registrada como hombre al nacer, pero se identifica como mujer, o viceversa.
Desde muy pequeños, algunos niños comienzan a expresar esa necesidad de cambio y de acuerdo con expertos, desde los dos o tres años, pueden decir frases como «no soy una niña» o «no soy un niño», sin importar su cuerpo. También pueden mostrar preferencias en juegos, disfraces, ropa o comportamientos que no siguen los estereotipos del género asignado.
Por otra parte, puede que algunos de ellos se identifiquen como no binarias, es decir, no se sienten totalmente cómodas en las categorías tradicionales de “hombre” o “mujer”.
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La adolescencia y la necesidad de expresarse
Durante la juventud, esta necesidad de expresarse con libertad se vuelve más evidente. Muchas personas trans quieren vestir, hablar y actuar de acuerdo con cómo se sienten realmente. En algunos casos, buscan tratamientos médicos como terapias hormonales o cirugías, aunque no todas lo hacen.
¿Qué pueden hacer los padres?
Es natural que las familias sientan miedo, angustia o dudas. Pero lo más importante es escuchar, validar y acompañar. Los especialistas coinciden en que imponer una identidad no funciona. En cambio, ofrecer amor, apoyo y espacio para hablar sí puede hacer una gran diferencia.
Aceptar a un hijo o hija tal como es es fundamental. Y si no se tienen las herramientas para hacerlo bien, lo ideal es buscar ayuda de profesionales en salud mental con experiencia en temas de género.
¿Por qué es importante hablar de esto?
Porque la disforia de género, cuando no se acompaña de forma adecuada, puede derivar en ansiedad, depresión o incluso pensamientos suicidas.
Un estudio en adolescentes trans reveló que más del 50 % de los hombres trans y casi el 30 % de las mujeres trans han intentado suicidarse alguna vez.
Incluso con apoyo familiar, el camino de transición puede ser difícil. Por eso es fundamental crear redes de apoyo sólidas y seguras, especialmente cuando los niños son tan pequeños.
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