En TikTok y otras redes sociales, basta con escribir “NAD” para encontrar cientos de videos que prometen una piel más joven, mayor energía e incluso mejor función cerebral. Esta nueva estrella del bienestar ha generado entusiasmo, pero también muchas dudas. ¿Qué hay realmente detrás de esta tendencia?
¿Qué es el NAD y por qué está de moda?
El dinucleótido de nicotinamida y adenina (NAD⁺) es una coenzima esencial que participa en más de 500 reacciones celulares. Su papel principal es transformar los nutrientes en energía dentro de las mitocondrias, proteger las células del estrés oxidativo y participar en la reparación del ADN.
Con la edad, los niveles de NAD en el cuerpo disminuyen de forma natural. Estudios han demostrado que en la mediana edad estos niveles pueden caer hasta en un 50 %, lo que ha llevado al desarrollo de suplementos diseñados para restaurarlos.
¿Qué dicen los estudios científicos?
Varios estudios preclínicos en animales y células humanas sugieren que elevar los niveles de NAD puede mejorar la función mitocondrial, la sensibilidad a la insulina, la salud cardiovascular e incluso algunos procesos cognitivos.
En humanos, la evidencia todavía es limitada pero prometedora. Una investigación publicada en Nature Communicationsen 2022 encontró que tomar entre 300 y 600 mg diarios de NMN (mononucleótido de nicotinamida) incrementa significativamente los niveles de NAD, y se asoció con mejoras leves en la capacidad aeróbica y algunos marcadores metabólicos.
Otros ensayos con nicotinamida ribósido (NR), otro precursor del NAD, han mostrado efectos positivos modestos en adultos mayores y pacientes con enfermedades neurodegenerativas como Parkinson, aunque se requieren más estudios clínicos para confirmarlo.
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¿Cómo se suplementa y qué riesgos tiene?
Las formas más comunes de aumentar los niveles de NAD incluyen:
- Nicotinamida ribósido (NR): derivado de la vitamina B3, bien tolerado y con buena absorción.
- Mononucleótido de nicotinamida (NMN): más popular en estudios sobre longevidad, aunque menos fácilmente absorbido.
- Infusiones intravenosas: promovidas en clínicas de bienestar y por celebridades, pero sin evidencia sólida de ser más efectivas que las formas orales.
En general, estos suplementos se consideran seguros a corto plazo. No obstante, en dosis elevadas pueden causar efectos secundarios como insomnio, dolores musculares o de cabeza. Se desaconseja su uso sin supervisión médica en personas embarazadas o con enfermedades hepáticas.
¿Existe una forma natural de aumentar el NAD?
Sí. Más allá de los suplementos, hay formas naturales de estimular la producción de NAD en el cuerpo:
- Dieta rica en vitamina B3 (niacina): presente en granos integrales, lácteos, huevos, pescado y vegetales de hoja verde.
- Ejercicio físico regular, especialmente de alta intensidad.
- Ayuno intermitente, que ha demostrado activar rutas metabólicas asociadas con el NAD.
¿Milagro antienvejecimiento o buen marketing?
Aunque la investigación sobre NAD es seria y está en curso, los suplementos no deben verse como una solución milagrosa. Por ahora, no hay evidencia concluyente de que mejoren visiblemente la piel o ralenticen significativamente el envejecimiento sin hábitos complementarios de salud.
Muchas de las afirmaciones que circulan en redes carecen de respaldo científico y responden más a estrategias de mercadeo que a hallazgos clínicos sólidos.
El veredicto: bienestar con fundamento
Aumentar los niveles de NAD podría aportar beneficios, especialmente en adultos mayores o personas con condiciones metabólicas específicas. Sin embargo, no reemplaza los pilares del bienestar: una alimentación balanceada, ejercicio regular, descanso adecuado, hidratación y protección solar.
La ciencia detrás del NAD es prometedora, pero aún está en desarrollo. Mientras tanto, la mejor decisión sigue siendo informarse, consultar con profesionales de salud y no dejarse llevar únicamente por las promesas virales.
Porque al final, el verdadero bienestar no viene en cápsulas, sino en un estilo de vida coherente con nuestras necesidades.
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