Un cambio de dieta podría rejuvenecer las células madre: ¿cómo?
¿Y si el secreto para mantener nuestras células jóvenes estuviera en lo que “comen”? Un equipo de investigadores de la Universidad de Copenhague confirmó que, al cambiar el tipo de azúcar que consumen las células madre, es posible rejuvenecerlas y hacerlas más eficientes.
Así lo revela un estudio publicado en The EMBO Journal, donde se detalla cómo un cambio en el entorno de cultivo, sustituyendo la glucosa por galactosa (presente en la leche y algunas frutas y verduras), llevó a que las células madre se comportaran como si fueran más jóvenes.
Este “cambio de dieta” no solo modificó la manera en que las células procesan energía, sino que mejoró su capacidad de diferenciarse en otros tipos celulares, como neuronas o células hepáticas.
“Demostramos que con una simple modificación en su metabolismo, las células madre pueden convertirse en ‘supercélulas madre’”, explicó Robert Bone, uno de los autores del estudio.
Medicina regenerativa al alcance
Los resultados son prometedores: las células madre tratadas con este nuevo método no solo se mantienen más sanas y activas, sino que tienen mayor potencial para ser utilizadas en tratamientos regenerativos. Joshua Brickman, investigador principal del proyecto, señaló que este avance abre la puerta a tratamientos más eficaces para enfermedades como la insuficiencia cardíaca, la cirrosis o incluso el párkinson.
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Y lo mejor: todo se logra con un método relativamente sencillo y sin necesidad de manipulación genética. Según los científicos, esta técnica podría aplicarse también a otros tipos de células del cuerpo, ofreciendo nuevas posibilidades en el desarrollo de terapias celulares.
Un impulso para la fertilidad
Además de la medicina regenerativa, los investigadores ven un gran potencial en los tratamientos de fertilidad. Las supercélulas madre son especialmente buenas para formar tejidos clave durante el desarrollo embrionario temprano, como el saco vitelino, fundamental para que un embrión logre implantarse exitosamente en el útero.
Esto podría significar un avance importante en los tratamientos de fecundación in vitro (FIV), mejorando las tasas de éxito en personas con dificultades para concebir.
“Esperamos que este hallazgo pueda trasladarse a la clínica y convertirse en parte de las herramientas que ya se usan en los procesos de FIV”, concluye Brickman.
¿Te imaginas rejuvenecer desde el interior con solo cambiar tu dieta? La ciencia ya está dando los primeros pasos.