Aunque muchos lo desconocen, la hepatitis C es una enfermedad que puede habitar en el cuerpo sin dar señales durante años. Por eso, la Dra. Wanda Torres, infectóloga, hace un llamado claro y urgente: “Toda persona mayor de 18 años debe hacerse la prueba de hepatitis C. Es un virus silente”. Esto incluye también a las personas embarazadas, quienes deben realizarse la prueba al menos una vez en cada embarazo.
La buena noticia es que hoy en día existe tratamiento, y es altamente efectivo. “Tenemos medicamentos orales que son completamente efectivos. Son 95% de cura”, asegura la Dra. Wanda Torres, infectóloga. Existen dos opciones disponibles: uno con tres pastillas diarias durante ocho semanas y otro con una pastilla diaria por 12 semanas. Ambos son accesibles y fáciles de tomar.
El mensaje es claro: la detección temprana y el acceso al tratamiento pueden cambiar la historia de vida de quienes conviven con esta enfermedad sin saberlo.
Cuidarte es más fácil de lo que crees
Una de las principales barreras para el tratamiento de la hepatitis C no es médica, sino social. “Conocemos que a estos pacientes se les hace muy difícil llegar a su médico primario”, explica la Dra. Wanda Torres, infectóloga. Sin embargo, hoy eso está cambiando:
“Hemos capacitado a los médicos primarios para poder tratar la hepatitis C, no solamente los infectólogos o gastroenterólogos”.
En Puerto Rico, el Hospital Universitario Ramón Ruiz Arnau lidera esta transformación, con un programa de residencia en medicina interna que incluye 48 médicos en formación y un equipo especializado de tres infectólogos certificados. Allí se hacen pruebas, se inicia el tratamiento y se da seguimiento a cada paciente.
“Dependiendo del medicamento que utilicemos, podemos contar con ese armamento que los va a estar de la mano hasta que terminan”, señala la Dra. Wanda Torres, infectóloga.
El acompañamiento es clave, no solo desde lo clínico, sino también desde lo emocional y social. “Estos pacientes necesitan saber que no están solos. Si no se tomaron la medicina un día, si brincaron una dosis o si se les perdió, buscamos cómo ayudarlos para que no interrumpan su tratamiento hasta el final”. De hecho, dice entre risas que algunos pacientes terminan siendo “más amigos del navegador que de nosotros, pero también nosotros somos parte de esa familia”, comenta la Dra. Wanda Torres, infectóloga.
La pandemia por COVID-19 afectó temporalmente el acceso a pruebas y tratamientos, pero el llamado sigue en pie: “Los exhorto a todos a hacerse la prueba. Porque es algo que usted se puede curar”, insiste la Dra. Wanda Torres, infectóloga. Y remata con una reflexión poderosa:
“¿Qué más que una enfermedad que usted pueda tener un 99% de cura y no cargar con esto o llegar a un trasplante de hígado o a la muerte? Si tenemos cura, ¡qué mejor bendición! No tenemos vacuna, pero tenemos cura”.