Diferencias entre la fibromialgia y la polimialgia: lo que necesitas saber
Al recibir un diagnóstico de polimialgia, es común sentirse confundido al comparar esta condición con la fibromialgia. Aunque los nombres pueden sonar similares y ambas implican dolor muscular, existen diferencias clave entre estas dos enfermedades. Entender estas diferencias puede ayudarte a manejar mejor tu salud y el tratamiento adecuado.
¿Qué es la polimialgia?
La polimialgia reumática (PMR) es una enfermedad inflamatoria que afecta principalmente los músculos del cuello, los hombros y las caderas. Aunque la causa exacta es incierta, se sospecha que se trata de una enfermedad autoinmune, en la cual el sistema inmunitario ataca los tejidos conectivos del cuerpo. Los síntomas más comunes incluyen:
- Dolor y rigidez en los músculos de la parte superior del cuerpo.
- Síntomas similares a los de la gripe, tales como fiebre, debilidad y pérdida de peso.
- En algunos casos, puede desarrollarse arteritis de células gigantes, una inflamación de las arterias que suministran sangre a la cabeza.
Por lo general, la polimialgia afecta a personas mayores de 50 años, con un promedio de aparición alrededor de los 70 años. Aunque la enfermedad puede ser debilitante, a menudo se resuelve por sí sola dentro de un período de dos años.
¿Qué es la fibromialgia?
Por otro lado, la fibromialgia es una condición que no involucra inflamación, sino un procesamiento anormal de las sensaciones de dolor en el sistema nervioso central. En consecuencia, las personas con fibromialgia experimentan una sensibilidad aumentada al dolor y otras sensaciones. Los criterios diagnósticos incluyen:
- Dolor en ambos lados del cuerpo y en las mitades superior e inferior.
- Puntos sensibles en diferentes partes del cuerpo.
- Fatiga, dificultad para dormir, problemas de concentración, síndrome de intestino irritable y dolores de cabeza.
A diferencia de la polimialgia, la fibromialgia puede aparecer a cualquier edad y es una condición crónica que suele durar toda la vida.
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Diferencias en el tratamiento
El tratamiento para la polimialgia y la fibromialgia varía significativamente:
Polimialgia: El enfoque se centra en reducir la inflamación. Los tratamientos incluyen antiinflamatorios no esteroides (NSAID) como el ibuprofeno, y a menudo se requieren corticoesteroides como la prednisona. Es crucial, además, monitorear la posible aparición de arteritis de células gigantes, que podría requerir dosis más altas de corticosteroides para evitar complicaciones graves como la pérdida de visión.
Fibromialgia: En contraste, el manejo se basa en un enfoque multifacético que incluye ejercicio regular, técnicas de relajación, y medicamentos analgésicos y antidepresivos para aliviar el dolor y mejorar el sueño.
Aunque la fibromialgia y la polimialgia presentan similitudes en términos de dolor muscular, sus causas, síntomas y tratamientos son bastante distintos. Por lo tanto, si tienes alguna de estas condiciones, es importante trabajar con tu médico para desarrollar un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades específicas. La identificación temprana y un manejo adecuado pueden ayudarte a mantener una buena calidad de vida.
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