- El burnout parental se define como el resultado de un estrés constante experimentado por madres y padres, lo que limita su capacidad para utilizar recursos personales frente a los desafíos emocionales y físicos de la crianza.
Este malestar ha sido conceptualizado como síndrome de burnout parental por parte de algunos investigadores, dado que los síntomas presentados por los padres son muy similares a los presentados por los profesionales que desempeñan labores de cuidado y que han desarrollado burnout laboral a consecuencia de estas.
La característica principal del burnout parental, en comparación con el profesional, es la imposibilidad de renunciar a la relación, debido a que en el burnout parental los padres no pueden renunciar a su rol, otorgándole esto un matiz característico.
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Principales síntomas del burnout parental
El burnout parental se presenta en cuatro grupos de síntomas que suelen desarrollarse de forma progresiva y reforzarse mutuamente:
- Agotamiento en el rol parental: los padres carecen de energía para atender las tareas de crianza. Factores como horarios laborales exigentes, sobrecarga doméstica (que recae en un 80% sobre las mujeres) y falta de apoyo social agravan esta situación.
- Distanciamiento emocional: el cuidado se realiza de forma mecánica, sin conexión afectiva.
- Saturación y pérdida de eficacia parental: aparece la sensación de inutilidad en el rol, con pensamientos como.
- Pérdida del placer en la crianza: los padres no disfrutan de la relación con sus hijos, sintiéndose culpables y avergonzados.
Consecuencias del agotamiento parental
El agotamiento parental va más allá del cansancio habitual y tiene efectos graves en la salud mental y emocional. El estrés constante, la falta de descanso y las exigencias de la crianza pueden derivar en ansiedad, depresión y una baja autoestima, afectando la calidad de vida de los padres y su equilibrio emocional.
Las repercusiones se observan en tres niveles principales:
- En los hijos: riesgo de negligencia, problemas emocionales y educativos, exposición a violencia o depresión.
- En los padres: culpa, vergüenza, síntomas físicos asociados al estrés crónico, irritabilidad e incluso adicciones.
- En la pareja: mayor probabilidad de conflictos, dificultades de comunicación y posibles episodios de violencia.
Este círculo vicioso impacta profundamente en el núcleo familiar, deteriorando las relaciones y la dinámica diaria.
En algunos casos, es recomendable buscar apoyo especializado (psicoterapia, grupos de apoyo o psicoeducativos etc.) para reducir los síntomas asociados al burnout parental.
Aprende a prevenirlo
Prevenir el agotamiento parental requiere dedicación y estrategias claras. Implica priorizar el autocuidado, construir una red de apoyo confiable, contar con orientación terapéutica cuando sea necesario y utilizar el amor por tu hijo como una poderosa fuente de motivación.
Aquí tienes 12 ideas sobre cómo llevar a cabo este cuidado:
- Haz una lista de las principales fortalezas de tu hijo
- Recuerda los momentos alegres y divertidos
- Practica actos sencillos de amabilidad
- Sonríe cuando tu hijo entre en la habitación
- Haz crecer tu empatía
- Literalmente, toca base
- Considera tu frustración como un rompecabezas por resolver
- Permítete sentir lo que sientes
- Céntrate en las partes luminosas
- Vigila tus reacciones ante el comportamiento de tu hijo
- Conéctate con otros
- No tomes el comportamiento de tu hijo como algo personal
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