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Violencia doméstica y sus efectos en las ocupaciones

Por: Carmen Ana Reyes Ramos
Terapeuta Ocupacional en Salud Mental y Adicciones

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia doméstica como una serie de maltratos o agresiones físicas, psicológicas, sexuales u otros, perpetrados por individuos del ámbito familiar y dirigidos principalmente hacia los miembros más vulnerables, como niños, mujeres y ancianos. También conocida como violencia familiar o intrafamiliar, este fenómeno se erige como un desafío significativo para la salud pública, según organizaciones internacionales y gobiernos.

En 1995, las Naciones Unidas (ONU) incorporaron la lucha contra la violencia hacia las mujeres como un objetivo estratégico, y en 1998, la OMS la elevó a la categoría de prioridad internacional para los servicios de salud.

Las secuelas de la violencia doméstica son amplias y profundas, afectando no solo la salud física de las víctimas, con posibles lesiones, muerte y trastornos de desarrollo, sino también su bienestar emocional. Este impacto se extiende a la esfera de la salud mental, manifestándose en depresión, trastorno de estrés postraumático, alteraciones del sueño y de la alimentación, entre otros.

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La niñez no escapa a las consecuencias, evidenciándose en problemas de socialización, inseguridad, pesadillas y perturbaciones en el desarrollo afectivo. En situaciones extremas, la violencia doméstica puede resultar en la tragedia de la muerte de la madre, los niños o ambos.

La violencia doméstica también incide en las ocupaciones diarias de las víctimas, desorganizando rutinas de autocuidado y, en el caso de los niños, privándolos de actividades cruciales como el juego.

En este contexto, la terapia ocupacional surge como un recurso valioso para abordar estas situaciones. En el caso de las mujeres, se enfoca en restaurar la participación en actividades significativas, fortaleciendo la autoestima y promoviendo la independencia emocional. Para los niños, la atención se dirige a restaurar la participación en el juego y actividades que fomenten el logro y la satisfacción.

El propósito fundamental de la terapia ocupacional es empoderar a las víctimas para que retomen el control de sus vidas, fomentando una existencia saludable e independiente. Los profesionales de terapia ocupacional desempeñan su labor en diversos escenarios, como hospitales y centros de cuidado.

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