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Tus latidos de Navidad

Se acerca una época, la Navidad, en la que los puertorriqueños solemos tomarnos un descanso de los ajetreos diarios para disfrutar en familia y, ¿por qué no?, cometer algunos excesos respecto a lo que ingerimos. Y es que nuestra dieta festiva suele estar cargada de grasas, dulces y bebidas. Eso tendría consecuencias leves si, como parte de la época, no dejáramos de hacer ejercicios. Si es que los estamos haciendo.

Pues creo que antes de la cena del día de Acción de Gracias debemos hacer un compromiso con nosotros mismos y hacernos el regalo de cuidar nuestros latidos en la Navidad. Mis padres me enseñaron que todo se puede hacer con balance. No vamos a recomendar aquí que usted se abstenga del suculento menú que tradicionalmente ya es parte de nuestras fiestas navideñas. Pero sí voy a enfatizar que, si lo vamos a hacer, entonces dupliquemos aquello que crea el balance en nuestro organismo: hacer ejercicios. Como he dicho antes, hacer ejercicios no es sinónimo necesariamente de meterse en un gimnasio de estos que se convierten en una vitrina de exhibir músculos y un buen cuerpo. 

Se ha comprobado que, si usted hace una buena caminata diaria, o baja una aplicación en su teléfono móvil que le cuenta sus pasos y se asegura de pasar de unos 5.000 pasos al día (yo me propongo llegar a los 10.000 pasos) tendrá usted un antídoto natural a los excesos navideños. Si lo hace se podrá ir por ahí cantando la siguiente décima:

Del lechón tráeme el cuerito

Y de plátano un pastel

Que cantando un gingle bell

Los comeré contentito.

Pero hay un requisito

Que yo suelo practicar

Para muy tranquilo estar

Yo uso mis cinco sentidos

Cuando cuido mis latidos

En el diario caminar.

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