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El reflujo gastroesofágico y sus síntomas en infantes

El reflujo se puede dividir entre el regular y el patológico, es por eso la importancia de poder diferenciarlos.

La crianza de los infantes debe incluir la presencia de sus pediatras para ayudar a diferenciar entre situaciones regulares o irregulares de su niño.

Para esta ocasión, el gastroenterólogo pediátrico José Santiago Rivera, en entrevista para BeHealth dirigida por Daisy Quiros Franceschi, compartió cuáles son los síntomas y tratamientos para el reflujo gastroesofágico en infantes.

El reflujo se puede dividir entre el regular y el patológico, es por eso la importancia de poder diferenciarlos. Es regular que el infante presente buches ocasionalmente luego de ser alimentado.

Sin embargo, la situación debe ser preocupante una vez el niño presente buches repetitivos que le causen dolor. Los síntomas se reflejan cuando el bebé llora en exceso, sufre cólicos, tiene hipo por un horario prolongado y tiende a arquearse hacia atrás.

Una de las causas principales para que suceda el reflujo es la sobrealimentación. El doctor Santiago Rivera explicó que darle más comida al niño de lo que su estómago puede tolerar culmina en una mayor cantidad de vómitos.

Debido a esto, el gastroenterólogo compartió que uno de los primeros tratamientos es regular la cantidad de alimento que ingiere el infante.

“La cavidad gástrica es del tamaño del puñito del bebé, y eso va creciendo como va creciendo el niño hasta que tenga un funcionamiento normal”, añadió el galeno.

Los tratamientos dependen de la situación particular de cada paciente. Se comienza con exámenes físicos para descartar alergias alimentarias, dermatitis atópica y/o congestión nasal.

Cuando la situación es más seria, se pide una radiografía del esófago para descartar otras enfermedades o la necesidad de recurrir a una cirugía.

Para presentar una mejoría se debe cambiar el estilo de vida y la forma de alimentar. Se debe practicar que el infante esté en una posición de 30 grados después de comer. Asimismo, el espesor de lo que ingiere el bebé dependiendo su edad ayuda a evitar el reflujo.

“La angulación favorece el vaciamiento de mejor manera”, explicó el gastroenterólogo.

Entre las alternativas, la FDA aprobó un medicamento para la acidez de los niños. De igual forma, se ha encontrado que, además de la leche materna, el uso de fórmulas hipoalergénicas funcionan de manera positiva.

Las visitas de rutina al pediatra permiten crear un plan de trabajo a corto plazo para evaluar qué es más efectivo para el niño. La ganancia de peso en los primeros seis meses del bebé son importantes ya que, de sobrepasarse, podría ser una de las causas de reflujo.

El pediatra recordó no dar agua hasta después de los seis meses. Además, hizo hincapié en que la cantidad de medicamentos debe ser acorde con la edad del infante.

“Las cosas que parecen simples a veces no lo son”, añadió la pediatra Quiros Franceschi.

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