Conoce todo lo que debes saber sobre la esclerosis múltiple remitente recurrente

Independientemente del tipo de esclerosis múltiple (EM) que padezca, la forma en que progresa puede ser impredecible y totalmente diferente según el caso. La más común es la EM recurrente-remitente.

¿Qué es la esclerosis múltiple recurrente-remitente?

La EM recurrente-remitente se define como aquella en la que los pacientes tienen recaídas de la EM y períodos de estabilidad entre las recaídas. Las recaídas son episodios de síntomas nuevos o que empeoran, no causados por la fiebre o la infección, y que duran más de 48 horas. En otras palabras, un curso estable está marcado por episodios de síntomas nuevos o que empeoran.

¿Qué causa la EM recurrente-remitente?

La esclerosis múltiple se produce cuando el sistema inmunitario del organismo ataca el sistema nervioso central, dañando la mielina que protege las fibras nerviosas. Los expertos creen que los factores ambientales desencadenan la enfermedad en personas cuya genética las hace susceptibles de padecerla.

¿Cuáles son los síntomas de la EM recurrente-remitente?

Estos suelen ser los primeros síntomas de la EM:

• Dificultad para ver
• Sensibilidad al calor
• Adormecimiento, especialmente en los pies
• Debilidad
• Fatiga
• Dificultad para pensar con claridad
• Depresión
• Necesidad de orinar con urgencia
• Problemas de equilibrio
• Falta de coordinación

La EM recurrente-remitente se caracteriza por recaídas que duran al menos 24 horas. Durante una recaída, los síntomas empeoran. A una recaída le sigue una remisión. Durante una remisión, los síntomas desaparecen parcial o totalmente.

¿Cómo sé que tengo esta forma de esclerosis múltiple?

Siempre y cuando tengas dos o más ataques de EM, y a parte de eso estés estable, sufres de EM remitente-recurrente. No hay una prueba específica para esto, y el escáner por resonancia magnética (MRI por sus siglas en inglés) o prueba del líquido espinal no distingue esta forma de EM de las otras.

¿Cómo se diagnostica la EM recurrente-remitente?

Los profesionales sanitarios utilizan muchas pruebas para ayudar a diagnosticar la EM. Su proveedor de atención médica le hará preguntas sobre sus síntomas. Es importante descartar otras enfermedades que puedan causar síntomas similares.

Su médico también comprobará el funcionamiento de su visión, su sentido del equilibrio y otras funciones. Necesitará una resonancia magnética del cerebro y la columna vertebral. En ella se pueden encontrar zonas dañadas en el cerebro o la médula espinal que sugieran que puede tener EM.

Otra posible prueba mide lo que se llama potenciales evocados visuales. Unos electrodos indoloros colocados en el cuero cabelludo miden cómo responde el cerebro a las cosas que ve.

Es posible que su médico quiera analizar su sangre para detectar otros signos de la enfermedad. También puede pedir una prueba llamada punción espinal (también llamada punción lumbar) para ver una muestra de su líquido cefalorraquídeo.

¿Cómo se trata la esclerosis múltiple remitente-recurrente?

En general, se han probado todos los agentes estándar modificadores de la enfermedad de EM en los pacientes que tienen EM remitente-recurrente. Todos estos medicamentos reducen el número de recaídas, reducen la actividad de la EM, y pueden reducir la discapacidad. Se diferencian en sus perfiles de efectos secundarios y en cuanto de a menudo y la manera en la que se administran. La administración de estos medicamentos varía de una vez a la semana a diariamente, bien debajo de la piel o en el músculo. También hay un medicamento nuevo que se administra por vía oral.

Vivir con EM recurrente-remitente

Si tiene EM recurrente-remitente, puede tomar medidas para controlar su enfermedad:

• La fisioterapia puede ayudar a aliviar los espasmos musculares
• Lleve una dieta baja en grasas saturadas y grasas trans. Coma más alimentos con ácidos grasos omega-3 saludables porque se cree que estos nutrientes combaten la inflamación
• Hable con un consejero para que le ayude con la depresión
• Evite las situaciones que le hagan acalorarse
• Evite fumar
• Haga una cantidad moderada de ejercicio y duerma lo suficiente.