En la era de TikTok y los tutoriales virales, el mundo del cuidado de la piel se ha convertido en una rutina diaria no solo para adultos, sino también para niñas y adolescentes: Bajo etiquetas como #SephoraKids, miles de videos muestran menores aplicándose sérums, contornos de ojos y cremas con retinol como parte de una elaborada rutina de skincare. Esta tendencia, lejos de ser inofensiva, ha encendido las alarmas entre padres, dermatólogos y psicólogos.
Un equipo de científicos de Northwestern Medicine realizó el primer estudio revisado por pares sobre el uso de productos de skincare en menores. Los resultados, publicados en la revista Pediatrics, evidencian una práctica extendida y preocupante: niñas entre los 7 y los 18 años utilizan en promedio seis productos en su rutina facial, llegando incluso hasta doce en algunos casos. El valor de estas rutinas puede oscilar entre los 168 y 500 dólares, una inversión innecesaria para una piel joven, según los expertos.
La doctora Molly Hales, dermatóloga y autora principal del estudio, comentó un caso llamativo: una adolescente aplicó diez productos en su rostro en menos de seis minutos durante un video, experimentando molestias inmediatas y una reacción cutánea visible.
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Este tipo de efectos adversos, explicó, pueden originarse por el uso excesivo de ingredientes activos, como hidroxiácidos, o por la combinación repetida de estos en diferentes fórmulas.
Más allá del impacto físico, el estudio también documenta patrones de lenguaje y representación preocupantes. Algunos videos promovían la idea de una piel más clara como ideal estético, reforzando sesgos raciales y estándares de belleza que pueden afectar el desarrollo emocional de las menores.
“Hay una conexión evidente entre estos tratamientos, el consumismo y la presión estética sobre las niñas”, señaló Hales.
Especialistas en salud mental, como Claudia Suárez, experta en manejo de trauma, y Javier Corredor, psicólogo de la Universidad Nacional, coinciden en que estas prácticas pueden provocar un desarrollo prematuro de conductas adultas, impulsadas por referentes inalcanzables y estereotipados.
“Las niñas aprenden a medirse bajo modelos que no las representan”, afirma Suárez, quien destaca que muchas influencers tienen rasgos eurocéntricos que generan conflicto de identidad en niñas racializadas.
Desde el punto de vista dermatológico, el uso de productos como el retinol o los ácidos exfoliantes no solo es innecesario en edades tempranas, sino que puede resultar perjudicial. Según el dermatólogo Miguel Mateo Cuero, del Hospital Alma Máter de Antioquia, la piel de los niños y adolescentes es más delgada y sensible, lo que incrementa el riesgo de irritación, dermatitis y reacciones alérgicas.
Los especialistas coinciden: la rutina ideal para menores debe ser simple y segura. Un limpiador facial suave, una crema hidratante y protector solar son suficientes para una piel joven en buen estado. En caso de afecciones específicas como acné, debe consultarse a un dermatólogo antes de usar tratamientos más agresivos.
