junio 20, 2025

¿Qué es la parálisis de Bell?

La parálisis de Bell es un trastorno que afecta el nervio facial, también conocido como el séptimo par craneal. Este nervio es el encargado de mover los músculos de la cara. Cuando se inflama o se daña, los músculos faciales pueden debilitarse o incluso dejar de funcionar por completo.

¿A quiénes puede afectar?

Aunque puede aparecer a cualquier edad, es más común en personas mayores de 65 años. También puede presentarse en niños menores de 10 años. Y puede presentarse en la misma proporción entre hombres y mujeres.

Si bien la causa exacta no siempre está clara, se cree que ciertos virus como el herpes simplex o el herpes zóster pueden estar relacionados. Además, condiciones como la diabetes, el embarazo o enfermedades como la sarcoidosis o la infección por VIH/sida también pueden aumentar el riesgo.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas suelen aparecer de forma repentina y se desarrollan por completo en pocos días. Los más comunes incluyen:

  • Dificultad para cerrar un ojo.
  • Problemas al comer o beber (el alimento puede salir por un lado de la boca).
  • Babeo y dificultad para hablar claramente.
  • Descolgamiento del párpado o la comisura de la boca.
  • Pérdida de expresión facial (no se puede sonreír, hacer gestos, etc.).

Otros posibles síntomas:

  • Ojo seco o boca seca.
  • Dolor de cabeza (si hay una infección relacionada).
  • Cambios en el gusto.
  • Sensibilidad al sonido en un oído.

¿Cómo se diagnostica?

Generalmente, el médico puede reconocer la parálisis de Bell con solo escuchar tus síntomas y examinar tu rostro. En algunos casos, se pueden realizar pruebas adicionales como:

  • Exámenes de sangre para descartar otras enfermedades como la de Lyme.
  • Estudios de los nervios y músculos faciales (EMG o pruebas de conducción nerviosa).
  • Imágenes cerebrales como tomografías o resonancias magnéticas si se sospecha otra causa.

¿Tiene tratamiento?

En muchos casos, la recuperación ocurre de manera natural. Aun así, es muy importante proteger el ojo si no puedes cerrarlo bien, usando gotas, ungüentos o un parche para dormir.

Cuando se detecta a tiempo, el médico puede recomendar medicamentos para ayudar en la recuperación, como:

  • Corticoesteroides: que reducen la inflamación del nervio.
  • Antivirales: como el valaciclovir, si se sospecha de un virus.
  • La cirugía se usa ocasionalmente y no se recomienda de forma general.

¿Cuál es el pronóstico?

La mayoría de las personas mejora en cuestión de semanas o meses. Si los síntomas empiezan a desaparecer en las primeras tres semanas y no se pierde totalmente la función del nervio, la recuperación suele ser total o casi completa.

En algunos casos pueden persistir síntomas como espasmos faciales, cambios en el gusto o cierta debilidad, pero esto no es lo más común.

¿Qué complicaciones puede presentar el paciente?

Si el ojo afectado no se protege bien, puede resecarse y sufrir daños que afecten la visión. También puede haber espasmos musculares involuntarios o debilidad prolongada.

¿Cuándo consultar al médico?

Si notas que un lado de tu rostro se cae o no responde bien, consulta de inmediato con un profesional de salud. Es importante descartar otras causas más graves, como un accidente cerebrovascular.

Actuar a tiempo y seguir las indicaciones médicas hará una gran diferencia en tu recuperación.

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