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Condiciones CrónicasRenal crónica

Conoce los diferentes estadios de la enfermedad renal crónica

Durante el Día Mundial del Riñón, BeHealth realizó un especial en el que entrevistamos a Yaritza Pizarro, enfermera de práctica avanzada, especialista en cuidado renal y trasplante, y presidenta de la American Nephrology Nurses Association en el Caribe.

La especialista inició precisando que la enfermedad renal crónica es la pérdida progresiva de la función renal, que incluye la filtración de productos de desecho del cuerpo, el exceso de líquido, la producción de células rojas, la regulación de la presión sanguínea y la síntesis de la vitamina D. A medida que se pierde progresivamente la función renal, especialmente a partir del estadio 3 y 4, y llegando al estadio 5, los síntomas son más evidentes debido a la disminución de estas funciones.

¿Cómo se define cada estadio de la enfermedad renal crónica?

Pizarro explicó que en el estadio 1, la función renal es normal, con una tasa de filtración glomerular mayor a 90 mm por minuto, que se mide con pruebas sencillas de sangre y orina. En el estadio 2, hay una disminución leve de la función renal, en el estadio 3, una disminución moderada, en el estadio 4, una disminución severa, y en el estadio 5, un fallo renal completo con una tasa de filtración glomerular menor a 15 ml/min. Los factores de riesgo incluyen diabetes, hipertensión, condiciones congénitas como la agenesia renal y condiciones autoinmunes como lupus y poliquistosis renal.

El fallo renal en Puerto Rico

El fallo renal crónico afecta a un 10% de la población mundial, lo que se conoce como «la epidemia silenciosa». En Puerto Rico, la prevalencia es aún mayor, del 17%, debido a factores como la predisposición genética, una dieta alta en carbohidratos, azúcar y alimentos procesados, así como una alta incidencia de diabetes e hipertensión en nuestra cultura.

Consejos para prevenir o detectar a tiempo el fallo renal crónico

“Sería importante que los pacientes hablen con profesionales de la salud y tomen medidas preventivas, ya que si se detecta a tiempo, no es necesario llegar a un estado grave y comenzar la diálisis abruptamente. Hay especialistas y enfermeras certificadas que pueden identificar a los pacientes en estadios más tempranos”, precisó la enfermera Pizarro.

Asimismo, comentó que es importante que los pacientes con fallo renal crónico se informen y actúen para retrasar la enfermedad y evitar llegar a una situación de emergencia. La dieta es un factor crucial en el tratamiento, junto con el cambio de estilo de vida, incluyendo ejercicio regular, control de la glucosa y el sodio en la alimentación, y la ingesta de agua. Además, es necesario realizar pruebas rutinarias de sangre y orina para medir la creatinina, la albúmina y la proteína.

“Existen tratamientos disponibles para disminuir el riesgo de llegar al estadio 5 de fallo renal crónico, como el control de la presión arterial y la diabetes. Sin embargo, en el estadio final, el trasplante renal es el mejor tratamiento para reemplazar parcialmente la función del riñón nativo, ya que no solo filtra, sino que también cumple funciones hormonales importantes, como la producción de vitamina D. Es importante que los pacientes conozcan estas alternativas de tratamiento y busquen ayuda médica para detectar la enfermedad a tiempo”.

La principal opción de tratamiento para la anemia y la baja de hemoglobina es la eritropoyetina, que ayuda a estimular la producción de glóbulos rojos. Sin embargo, no todos los pacientes son candidatos para un trasplante renal, que es el tratamiento más efectivo. En esos casos, existen diferentes modalidades de diálisis disponibles, como la hemodiálisis, que requiere de un acceso vascular para pasar la sangre a través de un filtro artificial con una máquina.

La diálisis peritoneal es otra modalidad que utiliza la membrana peritoneal en el abdomen del paciente, a través de la cual se infunde un líquido que elimina toxinas y exceso de líquido. Además, existe la alternativa del cuidado conservador sin diálisis, que debería ser más conocida, ya que no todos los pacientes se benefician de la diálisis y puede prolongar su sufrimiento. Es importante que los pacientes conozcan todas las opciones de tratamiento disponibles y trabajen con sus profesionales de la salud para elegir la mejor opción para su situación específica.

Importancia de la educación

Se requiere la educación y concientización en la población sobre la importancia de mantener un estilo de vida saludable, con una dieta equilibrada y la práctica de actividad física regular para prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión arterial, que son las principales causas de la enfermedad renal crónica. Además, es fundamental que las personas se realicen chequeos médicos de manera regular para detectar tempranamente cualquier alteración en su salud renal y recibir tratamiento oportuno. 

“También es importante que los pacientes con enfermedad renal crónica reciban un cuidado integral por parte de un equipo interprofesional, que les brinde una orientación clara sobre las diferentes alternativas de tratamiento disponibles y les permita tomar decisiones informadas y respetando su autonomía”.

Por otro lado, resaltó que existen alternativas al tratamiento de diálisis, como el manejo médico para evitar dolor y síntomas y permitir que la persona con enfermedad renal pueda vivir de manera digna respetando su autonomía. Sin embargo, no siempre se informa adecuadamente sobre estas opciones y se obliga a los pacientes a seguir un tratamiento que no desean. Es importante que las personas conozcan sus opciones y se involucren en la toma de decisiones junto con un equipo interprofesional que las guíe en el proceso.

En cuanto a la prevención de la enfermedad renal, es importante conocer las enfermedades de base, como la diabetes y la hipertensión, y mantener un cuidado riguroso y cumplir con los medicamentos para evitar llegar a etapas avanzadas de la enfermedad renal. Es crucial educar al público sobre estas medidas preventivas para evitar la progresión de la enfermedad.

“Es posible vivir con una enfermedad renal crónica y tener calidad de vida, pero depende en gran medida del paciente”, finalizó Yaritza Pizarro.

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