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Introducción de alimentos sólidos en la dieta del bebé

Por: Dra. Rosalyn Díaz
Gastroenteróloga Pediátrica

La Academia Americana de Pediatría ofrece guías para los médicos orientar a los padres sobre la alimentación de los niños. En este caso, destacaremos las guías de introducción a los alimentos en infantes. La recomendación principal es lactancia exclusiva por los primeros seis meses de vida. Si la lactancia no es una opción, la recomendación sigue siendo ofrecer fórmula exclusivamente por los primeros seis meses de vida.

Comenzar alimentos antes de los cuatro meses se ha asociado a obesidad más tarde, además que interfiere con la habilidad de obtener los nutrientes apropiados de la leche materna o fórmula. A los seis meses se estima que el bebé está listo en términos de neurodesarrollo para recibir alimentos. Algunas señales de esta madurez son buen control de cabeza, y habilidad para sentarse con soporte, entre otras.

Al momento de la introducción de alimentos complementarios, todos se deben dar en cuchara. Añadir comida a los biberones de leche no es recomendado. A partir de los nueve meses de edad la mayor parte de los bebés están listos para recibir alimentos semi-sólidos o con pedacitos de comida y no solamente purés. Ofrecer estos alimentos más tarde de los diez meses podría representar un problema de intolerancia de diferentes texturas más adelante en la vida del niño. 

Es en este momento que se pueden introducir comidas de la casa con ciertas adaptaciones para evitar atragantamientos. La gran pregunta siempre es cuál alimento debe ser el primero y en qué orden se deben seguir introduciendo. Pues, la respuesta es más sencilla de lo que muchos piensan: no hay un orden específico recomendado para la introducción de alimentos.

Lo que establece la Academia Americana de Pediatría es que se ofrezca una variedad de frutas, vegetales, granos, carnes de un solo ingrediente pero en cualquier orden. Dos excepciones particulares son la leche entera de vaca y la miel que se reservan para luego de los doce meses. 

Igualmente, no hay necesidad de retrasar más allá de los seis meses la introducción de comidas alergénicas propensas a provocar una reacción alérgica como lo son el huevo, pescados y nueces. En algunos casos donde hay una preocupación sobre reacciones severas es importante considerar consultar a un alergista. Hay que recordar las texturas y tamaño de los alimentos que ofrecemos para evitar atragantamiento.

 En general, entre los 6-8 meses de vida deben recibir purés y comidas majadas, ya a los nueve meses pueden recibir más texturas y para cerca de los 12 meses pueden consumir la comida que recibe el resto de la familia; claro, picada en tamaño apropiado. No se recomienda ofrecer biberón a los bebés después de los 12 meses ni perpetuar los alimentos majados o purés.

Una de las recomendaciones más importantes de la Academia Americana de Pediatría es NO dar jugo a los infantes menores de 12 meses y limitarlo a 4 oz al día de jugo 100% fruta sin azúcar añadida para los niños de 1-3 años. El jugo no ofrece ningún valor nutricional sobre la fruta como tal, por lo cual es preferible ofrecer la fruta y no jugo.

Todos los aspectos de nuestra nutrición son importantes pero una nutrición apropiada durante los primeros dos años de vida es crítica. Las decisiones que tomamos en esta etapa, tienen un impacto inmediato y a largo plazo en el crecimiento y desarrollo de los niños.

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