En el más reciente episodio de Sentirse Mejor es Posible, tuvimos el privilegio de conversar con una figura que, por más de cuatro décadas, ha sido sinónimo de rigor, calidez y confianza en la televisión puertorriqueña. Periodista, locutor, hombre ancla y símbolo de integridad: Jorge Rivera Nieves.
Todo comenzó cuando, a los 14 años, su voz literalmente cambió. «La voz se convirtió en instrumento cuando me cantó el gallo», contó entre risas.
Desde entonces, su tono profundo y particular lo convirtió en alguien imposible de ignorar. Fue su maestro de deportes Eligio Armstrong quien vio más allá y le dijo: “¿Por qué no te metes a locutor?”.
A los 16 años pisó por primera vez una cabina de radio y, aunque los nervios lo invadieron, ahí nació una pasión que lo llevaría a WAPA-Radio, y eventualmente, al Canal 4.
El sueño de ser abogado, motivado por una profunda vocación de justicia y verdad, se transformó en una misión que encontró su espacio en los medios de comunicación. “Descubrí que desde aquí también podía defender la justicia y buscar la verdad.”
Telemundo: su segundo hogar
Su llegada a Telemundo fue casi accidental. Un amigo gestionó su audición sin que él lo pidiera, y ocho días después, recibió la noticia: había sido seleccionado. El resto es historia. Una historia que ya suma 48 años de trayectoria en televisión, marcada por un principio que nunca ha abandonado: la autenticidad.
“Yo soy yo donde sea. El lente de la cámara no miente”, afirma con seguridad. Ese ha sido su mayor secreto profesional: ser genuino, transparente, humano.
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¿Está cerca su retiro?
Jorge aún no piensa en el retiro, pero considera que a los 50 años de carrera tomará decisiones. Lo que sí tiene claro es que necesita seguir activo: ya contempla ideas como regresar a la radio, o incluso lanzarse al mundo del pódcast.
Su carrera no ha sido solo noticia tras noticia. Ha estado llena de momentos profundamente personales. Ha informado con serenidad cuando los protagonistas eran amigos, colegas, o niños cuyas historias lo golpeaban como padre. Pero con el tiempo ha aprendido a recomponerse con profesionalismo.
Su rol como padre
El talentoso caballero de las noticias se describe como un padre plenamente orgulloso. Su hija Grenda siguió sus pasos y se convirtió en periodista. Su otra hija, Mónica, es abogada: el eco de aquel sueño que alguna vez Jorge albergó.
“Ambas tienen las herramientas para tener éxito en la vida, y eso es lo más importante para mí como papá.”
El perreo intenso en la TV
Algo de lo que no podíamos dejar de hablar es el momento que lo convirtió en viral: aquel famoso “el perreo intenso acaba de comenzar” en medio del verano, un 24 de julio de 2019. La frase, dicha en un contexto de crisis política histórica, fue resultado de una instrucción de producción.
“Mi cerebro hizo 500,000 ecuaciones, pero no había tiempo para discutir.” Su credibilidad lo respaldó, pero lo dejó claro: “Las personas deben hacerse respetar, pero haciendo las cosas correctamente.”
Viviendo con bienestar
Hoy, con 74 años, Jorge Rivera Nieves también cuida de sí mismo con disciplina. Convive con la diabetes, condición que afectó a su madre y hermana, y desde los 50 se somete a chequeos rigurosos cada seis meses. Hace cinco años entrena con Eric Jiménez, quien lo ayuda a mantenerse fuerte física y mentalmente.
“Para ayudarte, tengo que estar bien. Y si no me cuido, estoy mal”, nos dijo con esa mezcla de firmeza y sensibilidad que lo caracteriza.
Cree en la medicina preventiva, en la bohemia, en los libros, en el poder de limpiar la mente.
“Somos lo que pensamos y comemos. Hay que hacer un détox y limpiar nuestra mente y sanarla”
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