junio 28, 2025

Cambio climático y apnea obstructiva del sueño: una amenaza silenciosa para la salud pública

Un estudio reciente publicado en la revista Nature revela que las altas temperaturas dificultan el inicio y mantenimiento del sueño profundo, favoreciendo un entorno que incrementa la inestabilidad respiratoria y, con ello, los episodios de apnea obstructiva durante la noche.

¿Qué es la apnea del sueño?

La apnea del sueño es un trastorno común caracterizado por pausas repetidas en la respiración durante el descanso nocturno. La forma más frecuente, la apnea obstructiva del sueño (AOS), ocurre cuando los músculos de la garganta se relajan y bloquean las vías respiratorias, impidiendo el paso normal del aire.

Estas interrupciones generan un sueño fragmentado que provoca síntomas como ronquidos fuertes, somnolencia excesiva durante el día, fatiga, dificultad para concentrarse y dolores de cabeza matutinos. Si no se trata, la AOS puede aumentar el riesgo de hipertensión, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

Lee: Desentrañando la relación entre cambio climático y salud mental

El estudio y sus hallazgos

La investigación analizó a más de 116,000 personas durante 3.5 años, midiendo el efecto de la temperatura ambiental en la gravedad de la apnea obstructiva del sueño.

Los resultados fueron contundentes: el aumento de la temperatura reduce la duración y calidad del sueño, y casi duplica la prevalencia del sueño corto, lo que agrava la apnea obstructiva.

Calor extremo: un problema creciente para la salud pública

En 2023, la temperatura media en el hemisferio norte alcanzó niveles récord, con un aumento de 2.07 °C respecto al período preindustrial. Las proyecciones indican que para finales de siglo la temperatura global podría subir entre 2.1 y 3.4 °C, intensificando las olas de calor y sus efectos en la salud.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que las olas de calor generan emergencias de salud pública, con un aumento en la mortalidad y la sobrecarga de los sistemas sanitarios.

Durante estos episodios, el organismo se somete a una gran sobrecarga para mantener su temperatura, lo que puede afectar órganos vitales como el corazón y los riñones, además de agravar trastornos respiratorios como la AOS.

Impacto en la salud mental y calidad de vida

El calor excesivo también está relacionado con mayores niveles de ansiedad, depresión y deterioro en la calidad de vida, ya que la reducción del sueño profundo afecta el bienestar emocional y físico.

¿Qué hacer para mitigar el impacto?

Los expertos recomiendan:

  • Fortalecer la conciencia sanitaria sobre los riesgos del calor, tanto en profesionales como en la población.
  • Mejorar la planificación urbana, incrementando espacios verdes y usando materiales que reduzcan la acumulación de calor en edificios.
  • Desarrollar políticas públicas que prioricen la prevención y manejo de trastornos relacionados con el calor, como la apnea obstructiva del sueño.
  • Implementar sistemas de alerta temprana durante olas de calor para proteger a los grupos más vulnerables.
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