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Cáncer anal y otros más relacionados con el VPH

La Dra. Maribel Tirado, destacada hematóloga-oncóloga, compartió recientemente un problema común en el ámbito de la salud masculina: la resistencia a las evaluaciones médicas, acentuada cuando se trata de cánceres vinculados al virus del papiloma humano (VPH). En este contexto, advierte que «los hombres tienden a ser más renuentes a someterse a evaluaciones médicas, y esto se acentúa en el caso de los cánceres vinculados al VPH.»

De esta manera, la reticencia masculina a someterse a exámenes médicos, particularmente para cánceres de cabeza, cuello, ano y pene, genera un tabú en torno a la importancia de los seguimientos y evaluaciones necesarios.

Sin embargo, es imprescindible reconocer que la infección por el VPH es el factor común en cánceres de cabeza, cuello y ano, y la doctora aboga por la vacunación como «la medida principal que como sociedad debemos adoptar para prevenir estos cánceres». Asimismo, la Dra. Tirado destaca la prevención como la estrategia clave para combatir la propagación de estas afecciones, además de buscar tratamientos efectivos.

El dilema de la educación sexual emerge como un componente clave. La Dra. Tirado observa que la educación sexual ha sido difícil de integrar en el país, tanto en las escuelas como en los hogares, donde a menudo se evita hablar abiertamente sobre sexualidad.

En este contexto, destaca: «El primer desafío es abrir el diálogo sobre este tema, independientemente de las creencias de cada persona, ya que se trata de cuestiones perfectamente prevenibles.»

En el caso de las mujeres, la Dra. Tirado señala que la vacuna contra el VPH es una herramienta efectiva para prevenir el cáncer de cuello uterino, mientras que el Papanicolau es una excelente herramienta de detección. Enfatiza que la vacunación y la detección temprana son esenciales, pero reconoce las dificultades en la integración de la educación sexual.

Cáncer anal, uno de los más asociados al VPH

Centrándonos en el cáncer anal en hombres, la Dra. Tirado aborda el tratamiento, destacando que, a diferencia de los tumores sólidos como el cáncer de pene, la cirugía inicial se enfoca en la extirpación. En casos de cáncer de pene, la penectomía puede ser considerada. Resalta que «la cirugía resulta mutilante en muchos casos», y que la combinación de quimioterapia y radioterapia se presenta como una opción crucial.

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El dilema de enfrentar los efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia no se pasa por alto. La Dra. Tirado destaca que, aunque estos tratamientos ofrecen la posibilidad de curación, también conllevan complicaciones a largo plazo, como problemas de incontinencia y cistitis hemorrágicas en mujeres. Pone de manifiesto la importancia de buscar tratamientos efectivos, pero también aboga por la prevención a través de la vacunación.

Detección temprana, una necesidad

En cuanto a la detección y prevención, la Dra. Tirado señala que, lamentablemente, no existen pruebas rutinarias simples para el cáncer de pene en hombres. Destaca que la autoexploración periódica es clave, y subraya: «Los hombres están más familiarizados con sus órganos y podrían notar cambios o masas de manera temprana.»

El desafío de la detección se complica aún más en el cáncer anal, ya que el ano no es visible para la autoexploración de la misma manera que el pene. Subraya la importancia de estar atentos a cambios en la piel y otros síntomas, instando a someterse a pruebas y chequeos médicos regulares para detectar problemas en etapas iniciales.

La Dra. Tirado celebra un momento crucial en la conversación, ya que los Centros para el Control de Enfermedades están a punto de lanzar nuevas pautas. Estas indicarán que los pacientes VIH positivos mayores de 35 años deben someterse a un seguimiento para el cáncer de ano mediante anoscopía de alta resolución, marcando una evolución en el enfoque del cribado.

También enfatiza que hay grupos adicionales en riesgo, como mujeres con antecedentes de cáncer en el cuello uterino, la vagina o la vulva, y destaca la importancia de un enfoque más integral en la detección y el seguimiento. Advierte sobre el aumento de la incidencia de cáncer de ano en personas que han recibido trasplantes de órganos sólidos, atribuido a la inmunosupresión necesaria para prevenir el rechazo de los órganos trasplantados.

En cuanto a la autoevaluación, la Dra. Tirado reconoce que es posible sentir una masa al pasar la mano por el área anal, pero advierte que esto suele indicar un estado avanzado del tumor. Subraya que «el autoexamen no es la mejor herramienta en el caso del cáncer anal», enfatizando la necesidad de pruebas de detección rutinarias.

El caso de Puerto Rico

La Dra. Tirado ofrece perspectivas sobre las estadísticas en Puerto Rico, donde los tumores de cabeza y cuello son los más comunes entre los hombres, seguidos por los de ano y pene. Destaca la importancia de la vacunación contra el VPH, especialmente para hombres menores de 45 años y aquellos en grupos de riesgo.

En cuanto a las cepas del VPH, la Dra. Tirado señala que algunas son más peligrosas y están asociadas a un mayor riesgo de desarrollar cáncer, pero destaca la protección amplia ofrecida por la vacuna Gardasil 9. En términos de tratamiento, enfatiza que la elección no depende del tipo específico de VPH, pero la detección temprana y el seguimiento son cruciales.

La combinación de quimioterapia y radioterapia es común en el tratamiento del cáncer anal, y la Dra. Tirado destaca que se están explorando estudios para incorporar la inmunoterapia. En este contexto, insiste en que «la vacunación contra el VPH  es de suma importancia, especialmente para aquellos menores de 45 años.»

Para el cáncer de pene, donde no hay una prueba de seguimiento específica, insta a los hombres a estar atentos a cualquier cambio en el área genital y consultar a su médico. Enfatiza que superar el temor a los efectos secundarios de la vacuna es esencial, ya que esta constituye una medida crucial para prevenir infecciones por VPH y reducir el riesgo de desarrollar cánceres relacionados.

La Dra. Tirado reconoce la disponibilidad de la vacuna contra el VPH desde principios de siglo, con casi 20 años de experiencia en su uso. Subraya que, aunque pueden ocurrir reacciones alérgicas, son casos raros y que la vacuna ha demostrado ser segura y efectiva. Insiste en que la prevención a través de la vacunación es esencial para reducir la propagación del virus y prevenir el desarrollo de cánceres relacionados.

Concluye destacando la necesidad de un entendimiento preciso y una comunicación exacta sobre la importancia de la vacunación. Subraya que, en este contexto, la vacunación es de suma importancia, instando a seguir un protocolo de seguimiento personalizado y a no esperar a que la situación empeore. En el caso específico de pacientes VIH positivos, enfatiza la importancia de citologías anales anuales y un seguimiento cuidadoso para garantizar una atención integral.

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