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Lectoescritura y la terapia ocupacional

Por: Rosa Mercado Padín, MEd, OTR/L Terapeuta Ocupacional

En un mundo donde la tecnología ha ocupado una importancia en las labores académicas de los estudiantes, se debe analizar la importancia del proceso de enseñanza de la lectoescritura y las habilidades que este proceso requiere para que se dé con fluidez y precisión.

Un estudiante, desde el preescolar hasta la adultez, va perfeccionando su alfabetización en la medida en que logre comunicarse de manera oral y escrita, incluyendo funciones más especializadas como la comprensión, análisis y solución de problemas.

La tecnología facilita unos procesos donde la información está accesible, se utiliza un teclado, se corta y se pega lo que se quiere escribir, hay lectores de pantalla y hasta correctores de ortografía y gramática. No obstante, siempre hay algún nivel de lectura y escritura para llevar a cabo tareas diarias.

El aprendizaje es un proceso continuo que trasciende las instituciones académicas, pues la lectoescritura expande nuestras posibilidades de intercambio de información en el área social, laboral y de vida independiente. Hay aspectos del dominio del lenguaje y la comunicación que están estrechamente relacionados con las habilidades de lectoescritura.

Para aprender a leer y escribir, debemos poder decodificar, procesar y utilizar la información escrita, además de ser capaces de formar con nuestra mano los símbolos aprendidos de forma organizada para que tengan significado según lo que queremos comunicar.

En la edad preescolar

En la edad preescolar, los niños aún están en su desarrollo físico y sensoriomotor. Los padres y maestros deben tener en cuenta que, durante esta etapa, los niños necesitan experimentar con el control y movimiento de su cuerpo, así como se les debe exponer a la manipulación de objetos de diferentes características, entiéndase, texturas, peso, tamaño, colores, entre otras. Estas experiencias los prepararñan para tener una mejor postura, atención, destrezas motor-gruesas, motor finas y procesamiento sensorial, los cuales son requisitos previos a la enseñanza de la lecto-escritura.

Para lograr el aprendizaje de la lectoescritura, los niños deben desarrollar un conjunto de habilidades que se obtienen con su exposición a las actividades preparatorias antes descritas entre las que se encuentran:

  • Procesamiento sensorial: El trabajo constante de los ocho sistemas sensoriales ayudan al niño, no tan sólo en el desarrollo de destrezas motoras y perceptuales, sino también en su estado de alerta, nivel de atención y la auto regulación. Esta es la base para el desarrollo de las demás destrezas.
  • Motor fino/motor grueso: Los movimientos amplios del cuerpo proveen la estabilidad necesaria para mantener la postura y tolerar la posición sentada, a la vez que facilita los movimientos de los brazos para pasar páginas, agarrar o sostener el lápiz y mover el lápiz con precisión y fluidez para escribir. La escritura requiere mucho modelaje en cuanto a cómo es la formación de letras, por lo cual debe enseñarse y revisarse de manera individual.
  • Postura y destrezas visomotoras: En ocasiones, ya sea por debilidad muscular, cansancio o una altura inadecuada de la mesa o silla, algunos niños asumen diferentes posiciones a la hora de leer, escribir o copiar. La postura está directamente relacionada con la visión porque mantiene la cabeza alineada para que una persona escanee el material de lectura y escriba texto. Una de las destrezas que se requiere es la visomotora, la habilidad para seguir con la vista el movimiento de la mano. El seguimiento visual también se requiere para escanear una página mientras se lee o se escribe. En el mundo tecnológico que vivimos, donde los estudiantes enfocan su vista en una pantalla pequeña como lo es un celular o una tableta, escasamente están ejercitando los músculos que mueven nuestros ojos para rastrear el entorno.
  • Percepción Visual: Es el procesamiento que se hace en el cerebro de la información que entra a través de los ojos. En ocasiones, a nuestro cerebro se le hace difícil diferenciar una letra de otra, reconocer letras que son parecidas, mantenerse leyendo en una misma línea, identificar letras mayúsculas de las minúsculas, confundir signos matemáticos, perderse al mirar a la pizarra mientras está copiando, confundirse cuando ya mucho material escrito en un papel, incluyendo contestar erróneamente en un examen por saltarse una línea.
  • Destrezas Cognitivas: Además de procesar toda la información que le llega al cerebro a través de los sentidos, el cerebro también está ayudando con los requisitos de atención y buscando información de la memoria relacionada con los conceptos ya aprendidos asociados con la lectoescritura para su comprensión.

Cómo ayuda la terapia ocupacional

Si el estudiante presenta dificultad en el aprendizaje o desempeño de destrezas de lecto-escritura, un profesional en terapia ocupacional puede apoyar e impactar el desempeño y la participación del niño en sus ocupaciones diarias como estudiante y, posteriormente en su vida adulta.

Con la debida evaluación e intervención, el terapeuta ocupacional ayudará a desarrollar y corregir aquellas barreras que tenga el niño para desempeñarse en las tareas de lectoescritura. Éstas comprenden las áreas de procesamiento sensorial, motor grueso, motor fino, postura, percepción visual, visomotoras y cognitivas. Además, estos profesionales pueden recomendar acomodos y equipo asistivo que mejore su desempeño escolar en la lectoescritura, tales como, adaptación a las líneas del papel, herramientas para escribir, planos inclinados, diferentes alternativas para sentarse, entre otros.

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