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*Apoyado por Crohns & ColitisCondiciones AutoinmunesEnfermedad de Crohn

Manejo de las EII desde el aspecto psicológico y sexual

La enfermedad intestinal inflamatoria crónica, incluida la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, tiene una sintomatología que repercute considerablemente en la calidad de vida de los pacientes que la padecen. La enfermedad y sus tratamientos también pueden tener efectos en la esfera emocional y psicológica, en las relaciones personales y sexuales, y pueden influir en la vida sexual y de pareja.

«¿Y si necesito correr al baño en medio del coito?» «¿Y si hago ruidos u olores inapropiados?» «¿Me sentiré frustrado o enfadado?» «Estoy tan cansado que el sexo es el menor de mis pensamientos»… estos son algunos de los pensamientos y dudas que acompañan la vida cotidiana de una persona que sufre la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

Hablar con tu pareja y con tu médico sobre las ansiedades y dificultades a las que te enfrentas en la vida diaria y en la esfera sexual es ciertamente útil. Será más fácil con la complicidad de tu pareja identificar estrategias para una vida sexual activa y gratificante, así como será posible con tu médico identificar herramientas y estrategias que puedan hacer menos difícil vivir este aspecto de la vida diaria con serenidad.

¿Cuáles son los síntomas que más afectan a la vida sexual de un paciente que sufre estas enfermedades?

Cansancio

El cansancio es un síntoma muy común en pacientes con EII. La diarrea, los calambres, la anemia y la falta de apetito o los problemas de absorción de ciertos nutrientes clave pueden pesar en la sensación de debilidad que experimenta el paciente. Sentirse demasiado cansado para tener relaciones sexuales, especialmente durante una exacerbación de la enfermedad, puede ser una experiencia común para muchos pacientes.

Una estrategia puede ser identificar los momentos del día en los que se siente menos cansado y trasladar la actividad sexual a esos momentos. Hablar con tu pareja sobre el cansancio que sientes y cómo encontrar soluciones funcionales para la vida sexual de la pareja también ayuda. También vale la pena hablar de los síntomas de la fatiga con tu médico para encontrar estrategias para afrontar mejor este aspecto de la enfermedad.

Fístulas/absesos

Algunas personas con EII, en particular las que padecen la enfermedad de Crohn, pueden desarrollar abscesos, fístulas o cicatrices en la piel alrededor del ano o la vagina. Estas complicaciones pueden ser embarazosas y pueden hacer que la experiencia sexual sea más dolorosa, o a veces imposible.

Hay productos que pueden facilitar esta experiencia, mejor para asegurarse de que su médico esté al tanto de la presencia de una fístula o un absceso; de modo que pueda aconsejar mejor al paciente sobre cómo manejarlos día a día, con tratamientos locales o quirúrgicos, o aconsejarle sobre prácticas sexuales más seguras.

Incontinencia

Un gran temor para muchas personas con EII es que pueda ocurrir un «accidente» durante las relaciones sexuales (por ejemplo, un ataque de diarrea). Aunque no ocurra, la constante preocupación por la posibilidad de que ocurra puede ser muy desalentadora.

Una vez más, compartir la preocupación con el médico puede ser de gran ayuda, para que puedan buscar formas de controlar su intestino juntos. Por último, puede ser más tranquilizador identificar los momentos del día en que los intestinos están generalmente menos activos para construir una zona segura en la que concentrar su vida sexual.

Apariencia física

Los síntomas de la enfermedad, así como el haber sido sometido a una cirugía relacionada con el EII, pueden socavar la percepción que tiene el paciente de sí mismo y de su apariencia física. Y con ello traer repercusiones en la vida sexual. Algunas personas con EII luchan con una mala imagen corporal (por ejemplo, puede que no estén satisfechos con su peso).

Las personas que han sido operadas pueden sentirse avergonzadas por las cicatrices. O se encuentran buscando un compromiso con un estoma. Estos sentimientos negativos a menudo pueden agravarse por la preocupación sobre cómo reaccionará su pareja; y esto puede socavar aún más su confianza en sí mismo.

Una de las mejores maneras de tratar este tipo de dudas y miedos es discutirlos tanto con su pareja como con su médico. Aunque puede ser muy difícil tratar abiertamente con tu sexualidad, independientemente de si sufres o no de un EII.

Hablar de sus miedos y preocupaciones con su pareja a menudo puede aliviar la ansiedad y mejorar enormemente la comprensión mutua; compartir las necesidades que han cambiado con la enfermedad e identificar estrategias para afrontar mejor los síntomas.

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