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Bienestar General

Crisis epilépticas: ¿Cómo clasificarlas de acuerdo a su presentación?

Para empezar es importante aclarar que no todas las crisis epilépticas son convulsivas, por eso, vamos hablar de una crisis epiléptica como tal sin emplear el término convulsiva.

La crisis epiléptica se define como la aparición transitoria de signos debido a una actividad neuronal excesiva o sincrónica en el cerebro.

Para determinar si una persona está presentando una crisis epiléptica o si por el contrario se trata de otro tipo de eventos como un síncope convulsivo, una migraña complicada o un ataque sistémico transitorio, el clínico debe hacer una evaluación exhaustiva que permita alcanzar el diagnóstico correcto.

A su vez, es importante destacar si los signos que llevan al paciente a buscar ayuda se presentan por primera vez o si está teniendo algunos periodos de recurrencia. Es importante que los pacientes pueden explicar a sus especialistas si es la primera crisis epiléptica que presentan o si en alguna oportunidad de su vida así sea en un intervalo de 10 años estos signos ya se habían presentado debido a que esto puede marcar un periodo de recurrencia que puede llevar a los médicos a determinar con mayor precisión si el paciente tiene o no epilepsia.

Además de determinar si se trata o no epilepsia y si es la primera crisis o ya se han registrado con anterioridad otro tipo de eventos, también es importante destacar la causa de presentación para determinar si esta puede ser reversible, como por ejemplo, en casos de hipoglucemia, hiponatremia, o en el momento agudo de una intervención neuroquirúrgica, en cuyo caso no se considera diagnóstico de epilepsia.

Si el paciente tiene crisis epilépticas no provocadas podríamos definir como tercer paso establecer qué tipo de crisis presentó, para lo cual la International League Against Epilepsy definió una clasificación operacional para fines de comunicación en atención clínica, docencia, e investigación

Aspectos importantes de clasificación

Para algunos pacientes el inicio de sus crisis puede ser focal; es decir, que la presentación de las crisis está previamente avisada por un fenómeno de aura u otros síntomas que pueden ser incluso olfativos, visuales o motores. De esta manera se pueden clasificar como “inicio motor“ o “inicio motor“.

Las crisis de inicio generalizado también pueden tener inicio motor (tónicas o tónico-clónicas) o no motor (crisis de ausencia). De esta manera se hace importante hacer una distinción correcta entre las crisis de ausencia con las crisis de inicio focal con alteraciones de la conciencia, es decir, dos entidades clínicas con hallazgos electroencefalográficos diferentes.

Crisis de inicio focal

La clasificación establece tres características para describir adecuadamente este tipo de crisis. 

La primera es que la persona puede tener un estado de conciencia aparentemente normal, lo que antes se definía como “crisis parcial compleja“. En éste tipo de crisis, las personas pueden tener los ojos abiertos, presentar automatismos e incluso emitir algunas palabras por lo que no necesariamente van a estar inconscientes y pueden tener una conciencia alterada.

La segunda característica es que el inicio de la crisis, puede ser motor o no motor. “Respecto a esta propiedad, el inicio no motor puede ser visual, somático, olfativo, autonómico (sensación de jamais vu, jamais entendu, déjà vu, déjà entendu, entre otras). Y finalmente, la evolución de las crisis; algunas pueden evolucionar a tónico-clónicas bilaterales y otras simplemente terminan como focales”, explica el portal Medscape.

Crisis de ausencia

En este tipo de crisis, los episodios epilépticos se caracterizan por la interrupción de la actividad normal, seguidos de mirada en blanco y posible supraversión (rotación de la mirada conjugada hacia arriba). 

El episodio suele durar unos segundos o un minuto, y termina con un retorno «súbito» a la actividad previa.

Este tipo de crisis pueden ser típicas o atípicas, de acuerdo a lo que se determine en un estudio de electroencefalograma. Ocurren como componentes de uno de los siguientes cinco síndromes epilépticos:

  • Epilepsia de ausencia de la infancia.
  • Epilepsia de ausencia juvenil.
  • Epilepsia mioclónica de ausencia.
  • Epilepsia mioclónica juvenil.
  • Síndrome de Lennox-Gastaut.

La mayoría de estos síndromes suelen tener presentación en la niñez. 

“La tasa de remisión en epilepsia de ausencia de la infancia es de 56% a 84%, y en un estudio de cohorte la edad de inicio después de los ocho años, con antecedentes familiares de crisis tónico-clónicas, se asoció con mayor riesgo de progresión a crisis tónico-clónicas generalizadas”, señala el portal Medscape.

En algunos casos especiales, no es posible definir el síntoma inicial de las crisis y, por tanto, se clasifica como crisis de inicio desconocido. 

Para un diagnóstico correcto, es importante que el pacientes y familiares o amigos suministren la mayor información posible referente a los episodios.

Fuente Medscape

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