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¿Cuáles son las posibles complicaciones de los pacientes con asma?

La persona que padece asma está predispuesta genéticamente: el asma es mayoritariamente hereditaria y, por tanto, siempre hay un caso o más en la familia. Sin embargo, los síntomas suelen ser desencadenados por ciertos irritantes o alérgenos a los que el paciente es alérgico (como los ácaros del polvo, el polen, los mohos, el pelo de los animales). Aún así, los enfermos de asma están predispuestos a desarrollar esta enfermedad desde el principio.

¿Cuáles son las complicaciones del asma?

Las complicaciones del asma son:

  • Signos y síntomas que interfieren en el sueño, el trabajo y otras actividades
  • Días de ausencia al trabajo o a la escuela por enfermedad durante los ataques de asma
  • Un estrechamiento permanente de los tubos que llevan el aire hacia y desde los pulmones (bronquios), lo que afecta la calidad de la respiración
  • Visitas a la sala de emergencias y hospitalizaciones por ataques intensos de asma
  • Efectos secundarios del consumo a largo plazo de algunos medicamentos que se utilizan para estabilizar el asma grave

Un tratamiento adecuado marca una gran diferencia a la hora de prevenir complicaciones a corto y a largo plazo producidas por el asma.

¿Cómo prevenir?

El asmático debe prestar especial atención a todos los factores de riesgo ambientales que desencadenan y empeoran los síntomas del asma.

Factores ambientales

Para combatir los ácaros del polvo (una de las principales causas del asma), conviene ventilar la casa (sobre todo el dormitorio) a diario, exponiendo al sol las sábanas, las almohadas, las mantas y el colchón, lavando periódicamente la ropa de cama completa con las fundas de almohada y colchón a 60°C (por debajo de esta temperatura los ácaros del polvo no mueren), y evitando las alfombras y moquetas (es imposible mantenerlas libres de alérgenos) y todos los objetos que acumulan polvo.

La ventilación diaria de la vivienda, la reducción de la humedad (no utilizar humidificadores, eliminar las infiltraciones de agua) y la eliminación de posibles fuentes de moho (lavar regularmente con lejía las cortinas de la ducha, las alfombras, los sanitarios y los azulejos, limitar el número de plantas ornamentales) ayudan a prevenir las crisis asmáticas relacionadas con las alergias al moho.

Conocer el periodo de polinización de la planta a la que se es alérgico permite prepararse a tiempo con un tratamiento sintomático adecuado, evitar caminar al aire libre en zonas con alta concentración de polen o mantener las ventanas cerradas a primera hora de la mañana y al atardecer, momentos en los que las concentraciones de polen son mayores.

Ojo con las mascotas

Por último, las personas alérgicas a determinados animales deben evitar naturalmente el contacto con ellos. Hay que tener en cuenta que crecer con perros y gatos desde los primeros meses de vida puede ser un factor de protección contra la aparición de la sensibilización alérgica a estos animales; sin embargo, cuando la sensibilización ya se ha desarrollado, el contacto con perros y gatos es un factor de riesgo de empeoramiento del asma.

Cuando no es posible evitar o, al menos, controlar los posibles factores implicados en la aparición de una crisis asmática, la mejor manera de prevenirla es seguir una terapia básica adecuada (antiinflamatorios de acción prolongada y broncodilatadores), también conocida como terapia de fondo.

Esta terapia nunca debe abandonarse o interrumpirse prematuramente, incluso cuando los síntomas remitan; aunque en algunos casos se ha documentado una cierta reversibilidad de la enfermedad (recuperación o más bien ausencia de síntomas a largo plazo incluso cuando se interrumpe la terapia), el asma se considera una enfermedad crónica y debe tratarse como tal.

Siguiendo el curso correcto del tratamiento, un paciente puede mejorar hasta el punto de que su asma progrese a una etapa de menor gravedad, llegando incluso a ser asintomática. Sin embargo, los brotes de asma y los ataques posteriores están a la vuelta de la esquina, por lo que la terapia básica no debe interrumpirse, y puede reforzarse durante los periodos de mayor exposición al alérgeno.

Fuente: Mayo Clinic

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