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Bienestar General

¿Dormir la siesta es un hábito saludable?

¿Por qué no tomar una siesta al día? Los estudios indican que no solo los bebés pueden beneficiarse de la siesta. Dormir un poco por la tarde puede ser beneficioso para los adultos y no hay razón para sentirse perezoso por hacerlo. De hecho, una siesta corta en medio del día puede mejorar la memoria, aumentar el rendimiento laboral, elevar el estado de ánimo, mejorar la alerta y mucho más. Veamos cinco beneficios de la siesta para tu salud y bienestar.

1. Mejora la memoria

La investigación ha confirmado que el sueño tiene un papel fundamental en el proceso de almacenamiento de la información en la memoria. De hecho, una siesta puede ayudar a retener mejor la información aprendida durante la mañana, al igual que una noche completa de sueño. Además, la siesta previene el olvido de habilidades motoras, percepciones sensoriales y la memoria verbal.

2. Mejora las conexiones cerebrales

La siesta no solo mejora la memoria reciente, sino que también puede ayudar a tu cerebro a establecer conexiones entre diferentes conceptos. De hecho, un estudio demostró que aquellas personas que tomaron una siesta, les resultaba más sencillo relacionar la información aprendida temprano en el día, estableciendo conexiones entre diferentes conceptos.

3. Puede ayudarte a ser más constante y levantar tu ánimo

Realizar una tarea repetitiva durante el día puede provocar una disminución en el rendimiento a medida que avanza el día. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que una siesta puede ayudar a mantener la consistencia del rendimiento a lo largo del día.

Si te sientes deprimido, una siesta puede ser una buena opción para levantar el ánimo. Dormir una siesta o simplemente descansar durante una hora sin llegar a dormirte, puede tener un impacto positivo en el estado de ánimo. Los expertos aseguran que el simple hecho de tumbarse y descansar puede promover la relajación y mejorar el estado de ánimo, ya sea que se duerma o no.

4. Son buenas para el corazón y alivian el estrés

Tomarse una siesta puede ser una excelente forma de aliviar el estrés y mejorar la salud inmunológica, especialmente si estás bajo mucha presión. Los expertos sugieren que una siesta corta de solo 30 minutos puede ser suficiente para experimentar estos beneficios.

Además, una siesta también puede ser beneficiosa para el corazón. Un estudio encontró que las personas que dormían la siesta entre 45 y 60 minutos tenían una menor presión arterial después de experimentar estrés mental. Por lo tanto, una siesta puede ayudar al cuerpo a recuperarse de situaciones de alta presión y reducir los riesgos de enfermedades cardiovasculares.

5. Fomentan tu creatividad

¿Alguna vez te ha sucedido despertar con una gran idea después de una siesta? Esto se debe a que el sueño REM, que normalmente comienza entre 70 y 90 minutos después de quedarse dormido, activa áreas del cerebro relacionadas con la imaginación y los sueños. Tomar una siesta que incluya el sueño REM puede ayudar a combinar ideas de formas novedosas y encontrar soluciones innovadoras a los problemas.

Conviértelas en un hábito

Aunque cualquiera puede beneficiarse de las siestas, hay pruebas de que éstas solo mejoran ciertos tipos de aprendizaje cuando la persona las practica con regularidad. 

Una siesta de tan sólo 10 minutos puede ser beneficiosa, pero mantén la siesta en 30 minutos o menos para no despertarte más cansado. El cansancio que se siente después de una siesta se llama inercia del sueño. Cuanto más larga sea la siesta, más probabilidades hay de tener esa sensación. Cuanto peor sea, más tiempo necesitarás para despertarte y volver al trabajo.

¿Cuándo dormir la siesta?

Para aprovechar al máximo los beneficios de una siesta, es importante planificarla adecuadamente. La mayoría de las personas consideran que la siesta de la tarde es la más natural y útil. Se dice que el mejor momento para dormir la siesta es entre las 2 y las 3 de la tarde, cuando los seres humanos están más alerta.

Sin embargo, la hora ideal para tomar la siesta depende de cuánto hayas descansado previamente. Si has dormido bien la noche anterior, es mejor dormir la siesta un poco más tarde. Por otro lado, si no has dormido lo suficiente, es mejor tomar la siesta temprano para no afectar tu sueño nocturno. En general, es importante escuchar a tu cuerpo y planificar la siesta de acuerdo con tus necesidades y horarios diarios.

Fuente: WebMD

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