Además de la eyaculación precoz, la percepción dolorosa durante el acto eyaculatorio es un trastorno común que aflige y atormenta a muchos hombres sexualmente activos. Algunos pacientes acuden al médico andrólogo sólo después de haber superado la ansiedad y la vergüenza completamente infundadas.
Se estima que los hombres tienden a remitir sus problemas al médico mucho más tarde que las mujeres. Por lo tanto, la eyaculación dolorosa no debería ser una vergüenza, sino todo lo contrario, porque cuanto más rápido se acuda al médico, más rápido se resolverá el problema.
Causas
Muchos pacientes se quejan de una eyaculación dolorosa o molesta, a menudo acompañada de dolor al orinar. De hecho, algunos de ellos afirman que la percepción dolorosa a veces dura incluso unas pocas horas después del coito.
En la gran mayoría de las personas, la causa radica en la contracción espasmódica de la próstata durante la eyaculación, a su vez causada por la prostatitis crónica, ya sea bacteriana o no.
Hay que recordar que la próstata también conserva la función de producir parte del líquido seminal expulsado durante el acto eyaculatorio.
Sin embargo, la eyaculación dolorosa también podría ocultar la uretritis (infecciones en la uretra), trastornos que caen dentro de tres enfermedades venéreas.
La inflamación de la uretra y la inflamación de la próstata son los dos factores causales más comunes responsables de la eyaculación dolorosa. Sin embargo, las infecciones que afectan a los espermatozoides -principalmente causadas por la clamidia- y el estrechamiento del conducto uretral también son posibles culpables.
¿Orgasmo o eyaculación dolorosa?
Muchos pacientes tienden a confundir estas dos condiciones problemáticas, típicas de la esfera sexual: mientras que la eyaculación dolorosa está vinculada principalmente a infecciones o inflamaciones, las sensaciones dolorosas que se perciben durante el orgasmo, no atribuibles al acto eyaculatorio, son el resultado de lesiones pélvicas o de la columna vertebral.
A menudo el paciente no puede distinguir las dos condiciones: por esta razón la consulta del médico es absolutamente ineludible.
Diagnóstico
La entrevista médica representa el primer paso para el tratamiento de la eyaculación dolorosa: los pacientes generalmente se quejan de un dolor agudo e insoportable justo momentos antes de la eyaculación. Los espasmos pueden desaparecer en poco tiempo pero, en otros casos, pueden durar unas pocas horas.
Después de una entrevista directa con el especialista, útil para trazar un cuadro clínico inicial, el paciente suele someterse a pruebas bacteriológicas de orina y esperma. Si es necesario, para diagnosticar las causas responsables de la eyaculación dolorosa, el médico puede recomendar una ecografía de la próstata por vía endorrectal.
Cuidados y tratamientos
Después de aislar el principal desencadenante de la eyaculación dolorosa, el médico prescribe una serie de fármacos adecuados para eliminar la infección y/o la inflamación cuando están presentes.
Además, es aconsejable mantener una actividad sexual regular, evitando largos períodos de inmovilización; además de lo indicado, es necesario seguir una dieta equilibrada, limitando la ingesta excesiva de chocolate, café, vino, bebidas alcohólicas y gaseosas.
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También se debe vigilar el peso corporal, ya que el exceso de grasa podría empeorar el cuadro clínico del paciente. En los sujetos con sobrepeso y obesos, de hecho, se ha registrado una mayor propensión a la eyaculación dolorosa, ya que la capa de grasa en exceso tiende a comprimir el tracto urinario, por lo que se favorece la percepción de dolor tanto durante la micción como durante el coito.
Este último consejo debe seguirse siempre, no solo en presencia de una eyaculación dolorosa. Los medicamentos para la ansiedad solo se prescriben en raras ocasiones, ya que el estrés no tiene una influencia importante en la aparición de la eyaculación dolorosa.
