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Migraña e higiene del sueño, ¿cuál es la relación?

El estrecho vínculo entre el sueño y la migraña es un fenómeno complejo en el cual los ataques de migraña pueden ser tanto desencadenados como aliviados por el sueño. Este equilibrio delicado entre ambos aspectos puede también ser una causa tanto de un sueño insuficiente como excesivo. Por tanto, comprender cómo nuestro cuerpo regula el sueño y cómo se conecta con la migraña puede arrojar luz sobre estrategias para manejar y prevenir los ataques de migraña.

El ritmo circadiano y el sueño

El cuerpo humano está sintonizado con un ritmo circadiano de aproximadamente 24 horas, controlado por el reloj biológico en el cerebro. Este reloj responde principalmente a los cambios de luz, liberando melatonina por la noche para inducir el sueño y reduciendo su producción al amanecer para despertarnos. Sin embargo, debido a las variaciones individuales, algunas personas son naturalmente más alertas por la mañana, mientras que otras lo son más tarde.

Incluso dentro de los estados de sueño y vigilia, experimentamos ciclos más rápidos y cortos de actividad cerebral. Estos ritmos, en conjunto con el ritmo circadiano, desempeñan un papel crucial en la regulación del sueño y la vigilia.

Sueño en la migraña: una relación temporal significativa

Los ataques de migraña muestran una propensión notable a ocurrir entre las 04:00 y las 09:00 a.m., sugiriendo una conexión con los ritmos circadianos y el sueño. La falta o el exceso de sueño y el trabajo por turnos pueden desencadenar ataques de migraña, indicando una influencia tanto del sueño como del sistema de sincronización circadiana.

Asimismo, las personas que viven con migraña tienen entre 2 y 8 veces más probabilidades de experimentar trastornos del sueño. El insomnio es uno de los problemas más comunes, afectando las funciones diurnas y a menudo derivándose de condiciones crónicas de dolor. Otros trastornos, como ronquidos, apnea del sueño y el rechinar de dientes, también pueden contribuir a dolores de cabeza y afectar la calidad del sueño.

La somnolencia excesiva puede ser un precursor de un ataque de migraña, y el sueño a menudo se utiliza como una herramienta efectiva para detener el ataque, especialmente en niños. Este estrecho vínculo temporal plantea la pregunta: ¿por qué la relación entre sueño y migraña es tan estrecha?

El equilibrio entre sueño y vigilia, esencial para la homeostasis, depende de un sistema delicadamente ajustado. Este sistema trata de compensar cualquier desequilibrio inducido por patrones de sueño irregular, como trasnochar o dormir en exceso durante los fines de semana. Se especula que un ataque de migraña puede ser una respuesta extrema y anormalmente compensatoria de este sistema, intentando restablecer el equilibrio.

Por ejemplo, la privación de sueño podría desencadenar un ataque de migraña como un mecanismo para forzarnos a descansar y recuperarnos. En contraste, tener demasiado sueño podría mantenernos despiertos con migraña en noches subsiguientes. Ambos escenarios podrían representar intentos de restaurar tanto la presión del sueño como la alineación circadiana para mantener el equilibrio.

Aprovechando la relación a nuestro favor

Aunque estos mecanismos no son la única base de la migraña, mantener un ciclo sueño-vigilia equilibrado podría reducir la probabilidad de desencadenar un ataque de migraña. La buena higiene del sueño es esencial y puede lograrse mediante prácticas como:

  1. Horarios consistentes: Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días.
  2. Comprender las necesidades de sueño: Conocer cuánto y cuándo es apropiado dormir.
  3. Exposición a la luz natural: Pasar tiempo al aire libre durante el día para sincronizar el reloj biológico.
  4. Entorno de sueño tranquilo: Mantener la oscuridad y la comodidad en el entorno de sueño, evitando dispositivos electrónicos.
  5. Ejercicio y evitación de sustancias estimulantes: Hacer ejercicio antes de la cena, dejar de fumar y evitar cafeína y alcohol antes de acostarse.

Recuerda, cambios conductuales simples en el sueño, como establecer horarios consistentes y evitar sustancias que afectan el sueño, pueden promover un sueño reparador y regular. Dado que las personas que viven con migraña a menudo experimentan trastornos del sueño, entender estos patrones puede marcar la diferencia en la gestión y prevención de los ataques de migraña.

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