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Migraña, mucho más que un dolor de cabeza

La migraña, lejos de ser un simple dolor de cabeza, se presenta como una compleja condición neurológica, según lo destaca la Dra. María Eugenia García Ayala. En su detallada exploración, la Dra. García no solo define la migraña, sino que también resalta su diversidad, subrayando que esta condición no es homogénea y que su intensidad varía de moderada a severa, persistiendo entre 4 y 72 horas.

En esta línea, la doctora partió abordando la definición de la migraña con una afirmación clara: «Si bien el dolor de cabeza puede ser un síntoma de diversas causas, la migraña se distingue como una compleja condición neurológica». Añade capas de complejidad al describir otros síntomas asociados, como náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz y al ruido, así como la alodinia, una molestia ante estímulos no dolorosos.

En un intento de destacar la diversidad de la condición, la Dra. García enfatizó que la migraña no es homogénea y que su intensidad puede variar: «Este dolor, de intensidad moderada a severa, persiste entre 4 y 72 horas». Además, la variabilidad en la susceptibilidad a la migraña se atribuye a una interacción compleja de factores genéticos y ambientales.

¿Por qué ocurre?

Un aspecto intrigante resalta la predisposición familiar en la aparición de la migraña, una tendencia que a menudo se observa dentro de las familias. Sin embargo, la Dra. García subraya que la genética no es el único componente influyente, ya que la migraña es una condición multifacética que evoluciona según la edad.

«La migraña se manifiesta con mayor frecuencia en adultos jóvenes y tiene una prevalencia tres veces mayor en mujeres que en hombres, principalmente debido a su asociación con fluctuaciones hormonales», señala.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de la migraña no sigue un patrón específico de edad, ya que puede manifestarse en cualquier etapa de la vida, incluso en niños. La Dra. García establece un criterio para el diagnóstico: «Para considerar el diagnóstico como tal, se establece que los pacientes deben haber experimentado al menos cinco episodios a lo largo de su vida». Además, enfatiza que la frecuencia e intensidad de los episodios no son determinantes en el proceso de diagnóstico. Algunos pacientes experimentan migrañas anuales, mientras que otros lidian con dolores de cabeza diarios.

La distinción fundamental entre una migraña y un dolor de cabeza común se destaca con claridad: «Mientras que el dolor de cabeza común puede ser un síntoma asociado al estrés, enfermedades o virus, la migraña va más allá al incluir componentes adicionales, como náuseas, sensibilidad neuronal a la luz y al ruido, entre otros factores».

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¿Cómo se trata?

En el ámbito de los tratamientos, la Dra. García enfatiza la importancia de un diagnóstico preciso: «Si se diagnostica como migrañas episódicas o migrañas crónicas, existen múltiples enfoques terapéuticos». Neuromoduladores, dispositivos especializados, bloqueos nerviosos e inyecciones son parte de un abanico de opciones. La Dra. García destaca la singularidad de cada caso: «Cada caso es único, y el tratamiento específico puede variar según la gravedad y la frecuencia de los episodios de migraña».

En la búsqueda de mejorar la calidad de vida de los pacientes con migrañas, se presentan diversas opciones de tratamiento, desde la toxina botulínica hasta pastillas, sprays nasales, infusiones y autoinyectores. La Dra. García insiste en la importancia de la individualización del tratamiento: «Es esencial evaluar a cada persona de manera individualizada y explorar las alternativas disponibles para optimizar su bienestar».

La importancia del estilo de vida

Pasando a la esfera de la vida diaria de los pacientes, la Dra. García enfatiza la necesidad de reconocer factores desencadenantes: «No hay reglas universales». Aunque estos desencadenantes varían entre los pacientes, la Dra. García sugiere que identificar un factor desencadenante específico puede limitar o abordar los episodios.

En términos de calidad de vida, la gestión del estrés y la ansiedad emerge como un componente crucial. Aunque no todos experimentan migrañas debido al estrés, aquellos que lo hacen pueden beneficiarse de estrategias para gestionar estos factores. La importancia del sueño adecuado también se subraya, reconociéndolo como fundamental para la calidad de vida de los pacientes con migrañas.

La alimentación y la hidratación son abordadas con precaución por la Dra. García: «La cafeína no está prohibida, pero cuidado con su consumo». Advierte sobre el exceso de cafeína, que puede llevar a una hiperexcitabilidad, provocando rebotes y dolores de cabeza más frecuentes. Además, señala actividades aparentemente inofensivas, como ir al cine con su fuerte iluminación, que pueden desencadenar episodios en pacientes sensibles a este tipo de luz. Su visión sobre el tratamiento es clara: «La meta del tratamiento es mejorar la calidad de vida hasta el punto en el que incluso los factores desencadenantes no causen molestias».

En última instancia, la Dra. María Eugenia García Ayala destaca la importancia de un enfoque personalizado para mejorar la calidad de vida de los pacientes con migrañas. Su llamado a trabajar en colaboración con profesionales de la salud refuerza la idea de que cada caso es único, y un plan de tratamiento personalizado es esencial para abordar de manera efectiva los síntomas y mejorar la calidad de vida de aquellos que enfrentan esta compleja condición neurológica.

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