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Condiciones Autoinmunes

Osteoartritis: lo que debes saber

La osteoartritis (OA), conocida también como artrosis o artropatía degenerativa, es una enfermedad crónica que afecta las articulaciones, siendo las más comunes las de los dedos, rodillas, caderas, espalda baja y cuello. Lamentablemente, la OA no tiene cura, lo que la convierte en un desafío crónico para quienes la padecen.

En articulaciones sanas, el cartílago recubre las superficies de los huesos, proporcionando una superficie lisa y flexible que facilita el movimiento y actúa como un amortiguador natural. En la OA, este cartílago se desgasta gradualmente, lo que causa dolor, hinchazón y limitaciones en el uso de la articulación. A medida que el cartílago se deteriora, pueden producirse cambios en el hueso subyacente, y la membrana sinovial que recubre la articulación también puede inflamarse.

Señales y síntomas de la osteoartritis

Los síntomas de la OA suelen desarrollarse con el tiempo, en lugar de aparecer de forma repentina. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Dolor o sensibilidad en la articulación: El dolor puede ser intermitente y se agrava con el tiempo.
  • Hinchazón en la articulación: La hinchazón es común alrededor de la articulación afectada.
  • Rigidez articular: La rigidez puede dificultar el movimiento de la articulación.
  • Crujidos o tronidos: Al mover la articulación, pueden producirse sonidos como crujidos o tronidos.
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Las articulaciones afectadas por la OA a menudo duelen o se sienten rígidas durante o después del movimiento. También es común sentir rigidez después de mantener la misma posición durante un tiempo prolongado. Por ejemplo, es posible que le resulte difícil utilizar una articulación por la mañana, pero que mejore después de moverla durante unos minutos, aunque luego pueda doler después de su uso.

Datos relevantes sobre la osteoartritis

  • Más de 30 millones de adultos en los Estados Unidos tienen OA.
  • Más del 80% de las personas mayores de 55 años muestran signos de OA en radiografías.
  • Uno de cada cuatro adultos tendrá síntomas de artritis de cadera antes de los 85 años.
  • Una de cada doce personas de 60 años o más tiene OA en las manos.
  • Uno de cada dos adultos desarrollará síntomas de artritis en la rodilla en algún momento de su vida.

Factores de riesgo de la osteoartritis

  • Lesiones articulares previas o uso excesivo de la articulación.
  • Obesidad: un peso corporal elevado aumenta la presión sobre las articulaciones.
  • Edad: el riesgo de OA aumenta con la edad.
  • Genética: tener familiares con OA aumenta las probabilidades de desarrollarla.
  • Género: las mujeres mayores de 50 años tienen más probabilidades de desarrollar OA que los hombres.

Diagnóstico de la osteoartritis

El diagnóstico de la OA generalmente se basa en un examen físico y una evaluación de su historial médico. Las radiografías pueden ayudar a confirmar el diagnóstico, descartar otras causas de dolor y evaluar el daño en la articulación. Para diferenciar entre otros tipos de artritis, a veces se pueden realizar análisis de sangre o una aspiración de la articulación, un procedimiento en el que se extrae y examina el líquido sinovial.

Tratamiento de la osteoartritis

El tratamiento de la OA implica una combinación de autocuidado y terapias con y sin medicamentos. Colaborar con su médico es fundamental para establecer la estrategia más adecuada para su situación. Aquí hay algunas pautas clave:

  • Actividad física y control de peso: Realizar actividad física regularmente y mantener un peso saludable son dos medidas fundamentales para gestionar la OA. La actividad física, como caminar, puede ayudar a reducir el dolor. Se recomienda realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana.
  • Medicamentos: Se utilizan medicamentos de venta libre y con receta para reducir el dolor y la inflamación. Estos medicamentos pueden estar disponibles en diversas formas, como píldoras, jarabes, cremas o inyecciones.
  • Terapias no farmacológicas: La fisioterapia, terapia ocupacional y quiropráctica pueden contribuir a mantener la fuerza y la flexibilidad, y enseñarle a usar las articulaciones de manera segura y adecuada.
  • Terapias complementarias: Algunas personas encuentran alivio mediante terapias complementarias como suplementos nutricionales, masajes, acupuntura y técnicas de relajación, como la meditación o la biorretroalimentación.
  • Autocuidado: Practicar técnicas de autocuidado en casa, como el uso de calor o frío, cambios en la actividad y el descanso, y la realización de tareas cotidianas de manera que reduzcan la tensión en las articulaciones.

OA en jóvenes y prevención

Aunque la OA es más común en personas mayores, cada vez más jóvenes la están desarrollando. En algunos casos, la OA puede ser resultado de lesiones deportivas o la obesidad infantil. También se ha observado que las personas que trabajan en el ejército pueden ser más propensas a la OA.

Retraso del avance de la enfermedad

La OA no es reversible, pero se puede controlar. Mantener un peso saludable, ser físicamente activo, evitar lesiones articulares y modificar las actividades que impliquen movimientos repetitivos o cargar peso en las articulaciones son formas eficaces de retrasar el avance de la enfermedad.

Cirugía en casos graves

Si ha probado todas las opciones y aún sufre de dolor que afecta su vida diaria, podría ser el momento de considerar la cirugía. Millones de personas han tenido éxito con reemplazos de rodilla y cadera, por lo que es una opción que puede brindar alivio a largo plazo.

Información tomada de Arthritis Foundation. Para comunicarse pueden visitarwww.espanol.arthritis.org

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