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ABC de la enfermedad arterial periférica

La enfermedad arterial periférica ocurre cuando hay un estrechamiento de los vasos sanguíneos fuera del corazón. La causa de esta enfermedad es la arteriosclerosis y sucede cuando la placa se acumula en las paredes de las arterias que abastecen de sangre a brazos y piernas.

Para conocer más sobre esta condición cuya prevalencia es de alrededor del 12% en Estados Unidos en BeHealth entrevistamos al doctor Gilberto Rivera, Gautier, cardiólogo reconocido en Puerto Rico.

“Nuestro sistema cardiovascular consiste del corazón y los vasos sanguíneos. El corazón bombea la sangre hacia los vasos sanguíneos y el sistema arterial de los vasos sanguíneos son los que llevan la sangre con opciones nutrientes a los tejidos de nuestro cuerpo”, inició explicando el Dr. Rivera Gautier, cardiólogo.

Entonces, cuando hay enfermedad en las paredes de los vasos sanguíneos debido a múltiples factores de riesgo, causa que los vasos sanguíneos “se reduzcan por enfermedades esas paredes y se vea afectado el flujo adecuado de sangre a través de los vasos sanguíneos”.

Cuando hablamos de enfermedad arterial periférica, hablamos de esos vasos sanguíneos y primordialmente las extremidades inferiores, que son las que mayormente se ven afectadas como  las carótidas u otras extremidades.

“O sea que hablamos de enfermedad de esas paredes de los vasos sanguíneos, que hacen que se reduzca el lumen de ese vaso y afecte, entonces, el flujo adecuado de sangre, por lo que la sangre no va a llegar adecuadamente a los tejidos y va a causar problemas”, precisó el galeno.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo de enfermedad arterial periférica también están presentes para el desarrollo de otras enfermedades cardiovasculares.

El doctor mencionó, en este sentido, el aspecto hereditario: “una predisposición genética de familiares cercanos que tienen enfermedad también periférica arterial o enfermedad cardiovascular”.

Edad: “es bien importante, ya en la década de los 40 se ha visto que, cerca de un 5% de esa población puede tener el problema de enfermedad periférica arterial; y ya en la década de los 70, eso puede superar el 10%”.

Enfermedades crónicas preexistentes: son un factor de riesgo importante que incluye principalmente la presencia de diabetes e hipertensión.

Problemas de lípidos, colesterol alto o hipertrigliceridemia.

Hábitos alimentarios: “el consumo de dietas altas en grasas saturadas y carbohidratos refinados”.

Hábitos tóxicos: tabaquismo.

“Así que, mientras más factores de riesgo estén presentes en la persona, aumenta la probabilidad de desarrollar este tipo de enfermedad”.

Prevenir la enfermedad arterial periférica

El Dr. Rivera Gautier mencionó que los factores modificables son un 90%.

“En prevención para el desarrollo de enfermedad periférica arterial, estamos hablando de, primordialmente, el chequeo rutinario que incluye laboratorios, examen físico, medir la presión y el azúcar, y tratar adecuadamente las condiciones que uno pueda identificar”, explicó.

Así, la persona debe tener una dieta adecuada donde debe limitar las grasas saturadas y los carbohidratos refinados. También se deben consumir diariamente vegetales y frutas.

“En términos de ejercicio, el Colegio Americano de Cardiología con la Sociedad Americana del Corazón nos recomiendan que semanalmente una persona debe realizar al menos 150 minutos de actividad física cardiovascular. Eso equivale más o menos a media hora durante cinco días a la semana”.

Entre las actividades físicas que recomendó el especialista están caminar a un paso acelerado, montar bicicleta, practicar natación o inclusive otras actividades como el baile o los ejercicios aeróbicos “en las que la persona esté realizando una actividad constante e ininterrumpida de intensidad moderada en la que su corazón tenga que acelerarse”.

Se ha visto que estos tipos de ejercicios reducen significativamente el riesgo de desarrollar enfermedad periférica arterial, así como otras complicaciones cardiovasculares. Adicionalmente, para prevenir la condición es esencial no fumar y moderar el consumo de alcohol.

“Estamos hablando de múltiples comportamientos que, si se evitan y asumimos unos estilos de vida saludables, podemos evitar el desarrollo de este tipo de enfermedad y aumentar las probabilidades de tener una vida más larga y de mejor calidad de vida”.

Signos y síntomas de la enfermedad arterial periférica

Signos y síntomas de la enfermedad arterial periférica

Según el cardiólogo, el síntoma típico es la claudicación intermitente, una sensación de dolor o ardor en el área de la pantorrilla cuando la persona está caminando o haciendo actividad física. “Tempranamente, ese tipo de síntomas suele aparecer con ejercicios más moderados; ya más avanzada la edad, la persona puede comenzar a presentar cambios en la piel de las extremidades inferiores”.

También, agregó, pueden desarrollarse lesiones difíciles de sanar en la piel debido a que se ve limitada la llegada de sangre y oxigenación hacia los tejidos.

Más progresada la enfermedad, podría desarrollar gangrena, donde la extremidad comienza a tornarse de color violáceo que, en casos más severos, puede provocar la muerte de tejidos y llevar a la pérdida de la extremidad. Es decir, “requiere amputación para evitar complicaciones mayores que puedan incluir la muerte de la persona”.

Tratamiento de la enfermedad arterial periférica 

Tratamiento de la enfermedad arterial periférica 

“Cuando la persona tiene claudicación intermitente, lo recomendado principalmente es el tratamiento médico que incluye los cambios en estilo de vida que comentamos y las medicinas que, principalmente, son antiplaquetarios”.

El doctor agregó que, entre los antiplaquetarios que se utilizan, está la aspirina y el clopidogrel, así como el uso de las estatinas, que son los medicamentos para el colesterol. Estos principalmente se recomiendan en usos de dosis altas de atorvastatina, medicamentos de alta intensidad de estatinas. El tratamiento de diabetes e hipertensión, o sea, control de los factores de riesgo también es importante.

“En pacientes que no responden a la enfermedad arterial periférica o que ya tienen isquemia crítica de la extremidad, que son los pacientes que desarrollan ulceraciones en la piel, que ya desarrollan cambios en la coloración de la extremidad, que ya tienen dolor inclusive al descanso, son pacientes que ya tienen una enfermedad mucho más seria; estos serían candidatos a hacerse una evaluación con la intención de que pueda haber revascularización”.

Esto significa que el especialista, luego de hacerse una evaluación en donde se pueda ver cómo está la situación específica de los vasos sanguíneos, intentará llegar al lugar donde están las obstrucciones principales para poner un stent o una mallita que pueda ayudar a mejorar el flujo de sangre a la extremidad.

“Lo otro es la cirugía de bypass o un puente que se puede realizar de dos maneras: utilizando las propias venas de la pierna del paciente, usualmente se utilizan las venas superficiales, donde un cirujano abre la superficie de la extremidad”.

Esto remueve una porción de la vena y hace el bypass, conecta la vena a la arteria proximal a la obstrucción más significativa y hace un puente más distal, “usualmente en el área de la femoral, que es el área del muslo y quizás hasta la poplítea, que es el área detrás de la rodilla. Pueden hacerse más abajo de la rodilla, pero principalmente se utiliza el área femoral y poplítea”.

También están las intervenciones percutáneas, las mallas que, mediante un proceso similar al cateterismo, donde con una aguja se entra la arteria junto a dispositivos para realizar el proceso de la angioplastia. Estas son las dos intervenciones principales.

Índice tobillo-brazo

El doctor precisó la importancia de que “cuando la persona tiene síntomas y el médico establece que esta persona probablemente tiene enfermedad periférica arterial, hay una forma de evaluar muy sencilla que se puede realizar en la oficina médica: establecer el índice tobillo-brazo o ankle-brachial index.

Se trata de una medida que se realiza tomando las presiones en el brazo del paciente y también las medidas de las presiones en el área de los tobillos del paciente.

“Con eso se hace un cálculo comparando las presiones de las extremidades superiores con las extremidades inferiores. Es importante porque el índice tobillo-brazo normal sería de 1 a 1.4, o sea que las presiones en los tobillos sean similares al área de los brazos. Cuando este índice disminuye y está entre 0.9 a 1.0, el paciente pudiera tener enfermedad arterial periférica significativa”.

En estos casos el paciente debe realizarse otros estudios para evaluar de manera más eficiente si existe la presencia de esta enfermedad arterial periférica. La persona que tiene menos de 0.9 del índice tobillo-brazo se considera paciente con enfermedad arterial periférica. Mientras más bajito es el índice, se establece que ese paciente tiene enfermedad más severa.

“El índice no tan solo es un marcador de enfermedad arterial periférica en el paciente que tiene resultados anormales, sino que también tienen un valor pronóstico; o sea, una persona que tiene un índice tobillo-brazo de 0.9 duplica su mortalidad por causas cardiovasculares al compararse con la población general”.

Mientras, una persona que tiene menos 0.9 el riesgo de tener muerte por causas cardiovasculares puede multiplicarse por 4. Finalmente, el galeno resaltó que esta es una medida “que los especialistas en enfermedades cardiovasculares utilizamos a menudo para evaluar a nuestros pacientes y determinar hallazgos o signos de enfermedad arterial periférica o síntomas sugestivos”.

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