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ABC de la esquizofrenia

La psicosis es un estado mental caracterizado por una percepción alterada de la realidad.

Las personas que sufren de un brote psicótico interpretan la realidad de manera anormal. Este trastorno es común a varias enfermedades, que varían según sus características y se conocen como trastornos psicóticos.

Vivir con esquizofrenia hoy en día

En el pasado, la esquizofrenia se consideraba una discapacidad. Hoy en día hay muchos tratamientos y estrategias para aprender a vivir con esta enfermedad; asegurando una reducción de los síntomas, menos efectos secundarios y un ritmo de vida decididamente normal. La clave del éxito de la terapia radica en la regularidad del estilo de vida y en el cumplimiento del tratamiento.

Causas

La esquizofrenia es una enfermedad grave que afecta al pensamiento, la percepción, las emociones y el comportamiento del paciente. Se han identificado como factores desencadenantes factores predisponentes, ya presentes en el nacimiento o en la etapa juvenil, como los hábitos, los ritmos de vida y el consumo de drogas; y, por último, factores que conducen a exacerbaciones de la enfermedad.

Factores de riesgo

La esquizofrenia afecta a cerca del 1% de la población de forma indiscriminada. En la mayoría de los casos se produce en los hombres entre 15 y 30 años; mientras que en las mujeres entre 25 y 35 años, aunque algunos signos tempranos se pueden observar en la infancia. Suele comenzar con trastornos de la atención, el sueño y la concentración, fluctuaciones del estado de ánimo y una tendencia al aislamiento social.

Síntomas

Los síntomas subyacentes a los trastornos psicóticos se dividen en síntomas positivos, es decir, los efectos causados por la enfermedad (alucinaciones, delirios, estados de agitación y desorganización del pensamiento). Además de síntomas negativos, deterioro de la personalidad, los sentimientos y las relaciones interpersonales del paciente y, por último, síntomas cognitivos, es decir, todas aquellas alteraciones de las funciones ejecutivas, como la falta de atención, la falta de concentración y la lentitud de pensamiento.

Tipos de esquizofrenia

La esquizofrenia se clasifica a partir de los síntomas predominantes que se observan en el paciente, ya sean delirios y alucinaciones (esquizofrenia paranoide), comportamiento y lenguaje desorganizados (esquizofrenia desorganizada), trastornos psicomotores (esquizofrenia catatónica), aislamiento social y emocional asociado con otros síntomas negativos (esquizofrenia residual), o una combinación de los síntomas antes mencionados (esquizofrenia indiferenciada).

Diagnóstico de la esquizofrenia

La vía de diagnóstico de la esquizofrenia incluye entrevistas, exámenes físicos y cualquier otra prueba adicional para llegar a la evaluación psicosocial del paciente. Una vez hecho el diagnóstico, el paciente y su familia deben ser seguidos por el equipo médico para comprender mejor el impacto de la enfermedad en la vida cotidiana, las diferentes posibilidades terapéuticas y los objetivos del tratamiento.

Dejemos de lado el estigma

Hay muchos estereotipos y juicios negativos sobre la esquizofrenia, que contribuyen a empeorar el aislamiento social de los pacientes. Por esta razón es importante transmitir el concepto de que es una enfermedad como cualquier otra y que una actitud positiva puede ayudar al paciente a afrontar mejor el tratamiento y a seguir llevando una vida normal.

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