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Artritis: consejos para iniciar la práctica de ejercicios

Cuando moverse causa dolor, tiene sentido permanecer quieto. Sin embargo, para las personas con artritis el ejercicio moderado mejora la función de las articulaciones, el estado de ánimo y la flexibilidad, y todo eso combinado reduce el dolor. Si la actividad física regular ha pasado a los últimos lugares en tu lista de prioridades, comprueba estos consejos para volver a ponerla en marcha.

Establece metas más razonables

Lo mejor es ir despacio, de forma constante y consistente. Habla con doctor o especialista para que te dé luz verde, considera la posibilidad de entrenar con un amigo y recuerda tomarse un tiempo para calentar y enfriar antes y después de nadar, caminar, andar en bicicleta, bailar o hacer ejercicio.

Caminar por el lugar durante cinco minutos es un buen calentamiento, y mantener los estiramientos durante unos momentos mientras respiras profundamente es una buena manera de recuperarse.

Elige los ejercicios adecuados para ti

Algunos deportes son completamente inapropiados para las personas con artritis, o aquellos predispuestos a la enfermedad. Esto es especialmente relevante en los deportes que implican un impacto regular y por lo tanto contribuyen al desgaste de las articulaciones. El footing y el tenis, por ejemplo, podrían agravar un problema de artritis, por eso no son para nada recomendables en tu caso. Los deportes de resistencia que son suaves para las articulaciones, como el ciclismo y la natación, son los preferidos.

Por su parte los ejercicios que implican estiramiento y la construcción de músculos suaves también son adecuados. Sea cual sea el deporte que elijas, es mejor no hacer ejercicio en caso de un ataque agudo. Y si se produce un dolor anormal durante la actividad, es mejor descansar que arriesgarse a sufrir una lesión.

Comprende el dolor

Si experimentas un dolor leve en una articulación en particular, comienza con movimientos suaves para evaluar el rango de movimiento de esta. Después de unos minutos, la lubricación y la circulación alrededor de esa articulación debería haber mejorado y posiblemente sientas menos dolor.

¿Experimentaste un dolor moderado a severo en una articulación antes del entrenamiento? Trabaja en otra parte del cuerpo ese día, como la región superior del tronco en lugar de las rodillas. Si sientes un dolor moderado o severo durante el ejercicio, detén el movimiento inmediatamente en lugar de tratar de forzarlo. Y si regularmente experimentas molestias en las articulaciones dos horas después de la práctica de ejercicios, reduce la intensidad la próxima vez.

Define un plan para el éxito

Una mala postura puede dañar las articulaciones. Unido a ello es aconsejable evitar una comida grande menos de dos horas antes del entrenamiento. De lo contrario, tu cuerpo estará ocupado digiriendo en lugar de hacer circular sangre y oxígeno. Mantente hidratado: bebe un vaso de agua antes, durante y después de tu actividad física.

Toma la «moderación» como tu compañera

Es aconsejable aumentar la intensidad en pequeños pasos y adaptarla a la evolución de la enfermedad. El comienzo de la actividad debe ser lento y gradual. Debido a que la artritis puede resultar impredecible en su evolución, no siempre es posible mejorar continuamente la dificultad de los ejercicios.

El más importante consejo es escuchar a tu cuerpo y ser consciente del dolor de las articulaciones durante cualquier actividad física.

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