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Así afecta la dermatitis atópica a tu salud mental

La dermatitis atópica es una afección de la piel que no solo afecta la salud física, sino que también tiene un profundo impacto en la salud emocional y psicológica de quienes la padecen. En un evento especial realizado por BeHealth junto a AAPDA, se destacó la importancia de abordar esta enfermedad desde una perspectiva integral, reconociendo que los aspectos psicológicos desempeñan un papel crucial en su manejo.

En este evento, la Dra. Ivette Mirles, una psicóloga clínica, subrayó la importancia de comprender los aspectos emocionales relacionados con la dermatitis atópica. La enfermedad es crónica y se manifiesta en forma de brotes, picazón y cambios en la piel, lo que puede causar angustia en quienes la padecen.

«La dermatitis atópica es una afección compleja cuya aparición y desarrollo dependen de una combinación de factores genéticos y ambientales, lo que puede generar inquietud en las personas que buscan comprender sus causas», contó.

Además, la dermatitis atópica es una afección multifactorial, lo que significa que es causada por la interacción de diversos factores, incluyendo la genética y el entorno. Esta complejidad puede generar inquietud en las personas que buscan respuestas sobre por qué padecen la enfermedad.

Desde una perspectiva psicológica, es fundamental resaltar que la angustia asociada a la dermatitis atópica puede tener un impacto significativo, llegando incluso a desencadenar trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad. Además, es importante destacar que esta afección puede manifestarse en cualquier etapa del desarrollo, desde la infancia temprana hasta la adolescencia y la edad adulta. En Puerto Rico, se estima que entre el 10% y el 12% de la población padece esta condición en la actualidad, lo que significa que muchas personas la experimentan en la actualidad.

Esta afirmación destaca cómo la angustia emocional causada por la enfermedad puede tener consecuencias más graves, como la depresión y la ansiedad. Según la especialista, «la dermatitis atópica afecta a personas de todas las edades y, en Puerto Rico, entre el 10% y el 12% de la población la padece en la actualidad».

«El estrés constante puede generar cambios inflamatorios en el cuerpo, lo que a su vez puede desencadenar síntomas visibles de la dermatitis atópica. Esto subraya la estrecha relación entre la mente y el cuerpo, y esta conexión no se limita solo a la dermatitis atópica, sino que se aplica a muchas condiciones crónicas que enfrentamos.»

Además, es importante destacar las variables psicológicas, que incluyen la actitud que tomamos frente a la condición y cómo gestionamos el estrés. La forma en que reaccionamos ante los factores estresantes puede ser reactiva o proactiva, y esto influye en cómo experimentamos la enfermedad durante esos momentos de estrés.

De esta forma, la cronicidad de la enfermedad puede generar frustración, enojo y resentimiento en muchas personas, ya que sienten que la condición les fue impuesta y no es resultado de sus acciones. La idea de que la enfermedad es crónica y sin cura definitiva puede generar emociones negativas como la frustración y el resentimiento. La aceptación de la enfermedad es un paso vital en el manejo emocional de la misma.

«Los síntomas de la dermatitis atópica pueden afectar diferentes aspectos de la vida, como las relaciones sociales, la vida laboral y las interacciones interpersonales», enfatizó.

Los síntomas de la enfermedad pueden influir en las relaciones sociales, en la vida laboral y en las interacciones personales, lo que destaca la importancia de abordar tanto los aspectos físicos como emocionales en el manejo de la enfermedad.

Factores psicológicos

La falta de comprensión por parte de otros puede aumentar el estrés y la angustia en las personas con dermatitis atópica. El estigma asociado a la enfermedad a menudo lleva a malentendidos y comentarios insensibles.

«El impacto en la familia es un aspecto importante a considerar. La comunicación abierta y comprensiva en el seno familiar es fundamental para brindar un apoyo efectivo a las personas con dermatitis atópica sin generar una sensación de dependencia excesiva.»

El impacto en la familia es otro factor relevante, ya que la sobreprotección o la falta de comprensión pueden generar estrés en la persona afectada. Por tanto, la comunicación abierta y el apoyo son esenciales para garantizar un entorno de apoyo sin crear dependencia.

«La falta de descanso adecuado puede hacer que la persona no sea funcional en su área laboral al día siguiente. El impacto en el trabajo puede ser significativo, y es importante que las empresas sean conscientes de las necesidades de las personas con dermatitis atópica y brinden un entorno laboral que permita la gestión de la afección sin estigmatización ni perjuicio en el desempeño laboral», dijo la Dra. Mirles.

Asimismo, los síntomas de la dermatitis atópica pueden afectar el rendimiento laboral debido a la falta de sueño reparador y la incomodidad causada por los brotes. Las empresas deben ser conscientes de las necesidades de los empleados que padecen la enfermedad y crear un entorno de trabajo que brinde apoyo sin estigmatización.

Gestionar la dermatitis atópica

Para gestionar la dermatitis atópica y abordar estos factores, hay diversas medidas que se pueden tomar, incluyendo el control de los factores ambientales. Estos factores ambientales pueden desencadenar episodios de síntomas visibles de la condición. Cuando hablamos de factores ambientales, es importante destacar la influencia de la alimentación, la cual será discutida más adelante en relación con su impacto en la dermatitis atópica. Algunos alimentos pueden tener propiedades inflamatorias, lo cual es relevante dado que esta afección se caracteriza por la inflamación de la piel. Además de la alimentación, los hábitos personales también pueden afectar la condición. Por ejemplo, el hábito de fumar o el consumo de alcohol pueden influir en la dermatitis atópica.

«Sin embargo, lo que quiero enfatizar en esta ocasión es la importancia de las variables psicológicas en el manejo de la enfermedad. Estas variables incluyen aspectos emocionales y mentales que deben ser considerados como parte integral del tratamiento y control de la dermatitis atópica».

Impacto en la calidad de vida y relaciones sociales

Es importante destacar que las personas que padecen dermatitis atópica pueden experimentar una disminución en su calidad de vida debido a los síntomas como la picazón intensa y los cambios en la coloración de la piel, que a menudo resultan dolorosos y molestos. Estos síntomas pueden afectar diferentes aspectos de la vida, como las relaciones sociales, la vida laboral y las interacciones interpersonales. La gravedad de la condición influye en la calidad de vida, ya que algunas personas pueden experimentar síntomas más leves, mientras que otros pueden tener síntomas más severos.

«La picazón es uno de los síntomas más molestos de la dermatitis atópica y puede perturbar el sueño y afectar la capacidad para concentrarse en el trabajo o en actividades diarias. Además, los cambios visibles en la piel pueden dar lugar a miradas de juicio por parte de otras personas, lo que puede generar incomodidad y hacer que la persona se sienta avergonzada».

Impacto de los tratamientos en la imagen corporal

Es cierto que, además de los síntomas de la dermatitis atópica, los tratamientos pueden generar efectos secundarios visibles que afectan la apariencia física de la persona. Algunos medicamentos, como la prednisona, pueden causar cambios en la apariencia, como inflamación, que pueden hacer que la persona se sienta insegura y diferente de su imagen habitual. Esto puede llevar a que las personas eviten mirarse en el espejo y experimenten una disminución de la autoestima.

Además de los efectos de los medicamentos, existen prejuicios relacionados con la condición que pueden afectar la autoestima.

«La falta de comprensión y la estigmatización en torno a la dermatitis atópica pueden hacer que las personas se sientan avergonzadas o juzgadas por su apariencia. Es importante destacar que estos prejuicios son infundados y que se debe promover la aceptación y la comprensión de la afección para apoyar a las personas que la padecen en su viaje hacia una mejor salud mental y autoestima», exaltó.

Alerta a los síntomas de depresión

La especialista contó que es fundamental estar alerta a los síntomas de depresión, como el ánimo decaído, y buscar apoyo y tratamiento cuando sea necesario. «Promover la comprensión y la empatía hacia las personas con dermatitis atópica es esencial para ayudar a reducir la carga emocional que enfrentan y apoyar su bienestar mental».

Los síntomas de la depresión son importantes de identificar, ya que pueden ser más que simplemente sentirse triste.» Es cierto que todos experimentamos tristeza en momentos de nuestras vidas, pero la depresión se caracteriza por un ánimo deprimido persistente y profundo». Algunos de los síntomas de la depresión incluyen:

  1. Pérdida de interés en actividades que solían disfrutarse.
  2. Dificultades para dormir o cambios en los patrones de sueño.
  3. Problemas de concentración.
  4. Cambios en el apetito y el peso.
  5. Pensamientos de autolesión o suicidio.

«La ansiedad también puede ser una comorbilidad común en personas con dermatitis atópica, especialmente debido al estrés constante que pueden experimentar debido a la condición. La ansiedad se manifiesta a través de síntomas como preocupación excesiva, nerviosismo y tensión constante. La preocupación excesiva es un rasgo característico de la ansiedad, y en el contexto de la dermatitis atópica, esto puede manifestarse como una preocupación constante sobre el curso de la enfermedad, los brotes, cómo manejarlos y cómo afectarán sus actividades diarias».

Estrategias para manejar y convivir con la dermatitis atópica

En primer lugar, debemos ser proactivos al buscar información sobre nuestra condición. Es esencial prepararse para las citas médicas anotando todas las dudas que tengamos para obtener respuestas claras de nuestros médicos. Esto asegurará una mejor adherencia al tratamiento médico.

Expresar nuestras emociones es igualmente importante. «En lugar de ocultar lo que sentimos, debemos comunicarlo a nuestros seres queridos, ya que el apoyo familiar y social es esencial para manejar el estrés asociado a la condición».

Además, mantener una alimentación saludable es fundamental. Consultar a un nutricionista para saber qué alimentos son adecuados para la dermatitis atópica es una acción proactiva. «El ejercicio físico y el buen descanso también son indispensables para mantener un equilibrio en nuestra vida».

«La autoevaluación diaria nos permite identificar los estresores y cómo se manifiestan en nuestro cuerpo. Esto nos ayudará a aplicar estrategias de regulación emocional, como la respiración profunda y la atención plena. Estas técnicas son efectivas para reducir la ansiedad y el estrés».

Aprender a aceptar vivir con la condición es un paso crucial. La psicoterapia puede ayudarnos a adoptar una perspectiva diferente sobre nuestra condición y nos permitirá ser proactivos en el manejo de la misma.

En cuanto a la autoestima, debemos enfocarnos en nuestras cualidades más allá de la enfermedad y recordar que somos personas con múltiples roles en la vida. Esto nos ayudará a mantener una imagen positiva de nosotros mismos.

También es importante mencionar que los factores económicos pueden ser un desafío significativo en el manejo de la dermatitis atópica. Algunos tratamientos pueden ser costosos, y adaptarse a estas realidades puede generar estrés adicional. Por lo tanto, es esencial considerar este aspecto al abordar la condición.

Lee más: La dermatitis atópica en el plano sexual: desafíos y soluciones

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